lunes, 1 de julio de 2024

VII CARTA A MARCELA - "Ephod bad" y "Teraphim"

*Nota del autor del blog. Me asombra y me agrada sobremanera como esta noble romana descendiente de patricios, sentía una necesidad, “una sed  y hambre” de leer e investigar cuestiones relacionadas sobre la  Santa Palabra de Dios, la forma métodica de tomar notas de su estudio personal de los libros de la Biblia.  ¿Cúantas mujeres hay así en nuestro tiempo?

 

  Sobre "Ephod"y "Teraphim"

Primera parte

VII CARTAS DE SAN JERÓNIMO

 A SU DISCÍPULA ROMANA MARCELA,

224-227

Marcela no deja en paz al maestro. Este preferiría cartas de re familiari; pero la philoponotate no le escribe cosa que no lo someta a tortura y le obligue a revolver las Escrituras. ¡Linda queja en que se transparenta el orgullo de tener tal discípula y la buena coyuntura de lucir la propia ciencia! La pregunta versaba esta vez sobre el sentido de ephod y teraphimgesimo quinto cuius principiurn est: notus in Iudaea Deus, inuenimus apud Septuaginta et Theodotionem «post scutum et frameam et bellum» «diapsalma», apud Symrnachum post «clipeum et gladiurn et bellum» similiter «diapsalma», pro q.uo apud Aquilam post «clipeum, gladium et bellurn» «sernper», apud quintarn editionem post «scutum et rornphaearn et bellurn» «semper», in sexta uero post «scutum et gladiurn et bellum» «in finem» eratque rursum in Hebraeo post: umalama, quod est «et belIurn», sela. Et in eodem psalmo post illum locum: ut saluos faciat mites terrae «diapsalma» apud Symmachum similiter «diapsalma» et apud Aquilam «semper», necnon et apud quiatam. In sexta uero «in finem», et in Hebraico erat post anie ares, quod est «mites terrae», sela. Atque ita, cum talem uniuscuiusque editionis opinionern repperissemus, haec adnotauimus. Vtrum autem cuiusdam musicae cantilenae aut rhythmi inmutationem qui interpretati sunt «diapsalma» senserint, aliudue quid intellexerint, tuo iudicio derelinquo». 7. Hucusque Orígenes, cuius nos maluimus in hac disputatione dumtaxat inperitiam sequi quam stultam habere scientiam nescientum.

29, A .MARCELA

225

La carta, aparte el interés técnico (que dejamos para  los escriturarios), tiene el de evocar una vez más las lecciones bíblicas del Aventino.

 Fecha: 384,

A MARCELA

l. Una carta se escribe para contarse algo de los asuntos familiares o de lo que cotidianamente acontece. Así, en cierto rnodo, los ausentes se hacen presentes, pues mutuamente se cornunican lo que quieren o lo que hacen. A veces, naturalmente, este convite de la conversación puede ir adobado por la sal de la ciencia.

 Tú, empero, muy enfrascada en tus tratados, no me escribes cosa que no me someta a tortura y me obligue a revolver las Escrituras.

Finalmente, ayer me propusiste una cuestión famosísima y me pediste te escribiera sin pérdida de tiempo lo que pienso sobre ella. No parece sino que ocupo yo la cátedra de los fariseos, para que, siempre que surge litigio acerca de palabras hebreas, se me requiera por árbitro y juez de la disputa. No hay banquete sabroso, ni hay olor a pasteles, ni lo ha condimentado Apicio, o no humea el caldo de los maestros de nuestro tiempo. Pero, como el portador y mensajero de nuestra mutua conversación tiene prisa por dar la vuelta, tengo que dictar sobre un asunto importante con más celeridad que debiera. Claro que a quien trata de las Escrituras santas no tanto le hacen falta palabrería cuanto ideas; pues si buscamos elocuencia, ahí están Demóstenes y Tulio. Pero si los misterios divinos, es menester estudiar a fondo nuestros códices, aunque no suenen muy bien vertidos del hebreo al latín: 2. Al comienzo de tu carta me preguntas qué significa lo que se escribe en el libro primero de los Reyes:

29

AD MARCELLAM

-1. Epistolare officium est de re familiari aut de cotidiana conuersatione aliquid scribere, et quodammodo absentes , inter se praesentes fieri, dum mutuo quid aut uelint aut gestum sit nuntiant, licet interdum confabulationis tale conuiuium doctrinae quoque sale condiatur. Verum dum tute in tractatibus occuparis, nihil mihi scribis, nisi quod me torqueat et scripturas legere conpellat. Denique heri famosissima quaestione proposita postulasti ut quid sen· tirem statim. rescriberem; quasi uero pharisaeorum teneam cathedram ut, qtwtienscumque de uerbis Hebraicis iurgium est, ego arbiter et litis se· quester exposcar. Non sunt suaues epulae, quae non et placentam redoleant, guas non condit Apicius, in quibus nihil de magistrorum huius temporis iure suffurnat. Sed quia uector et internuntius sermonis nostri redire festinat, rem grandem celerius dicto quam debeo, licet de scripturis sanctis disputanti non tam necessaria sint uerba quam sensus, quia si eloquentiam quaerirnus Demosthenes legendus aut Tullius est, si sacramenta diuina nostri codices, qui de Hebraeo in Latinum non bene resonant peruidendi. 2. In fronte epistulae tuae posueras quid sibi uelit quod in Regnorurn libro primo scriptum est: et Samuhel puer seruiebat ante conspectum Do·

Y Samuel niño  servia ante el acatamiento del Señor ceñido de un “ephod bad» y llevaba también un mantito que su madre le biciera, y se lo llevaba de tiempo en tiempo, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual (1 Reg 18s). Así, pues, preguntas qué sea el ephod bad, de que se ciñe el futuro profeta. ¿Se trata de un cinturón o, como opinan algunos, de un incensario o de alguna prenda de vestir? Y si es un vestido ¿cómo se ciñe con él? Y por qué después de ephod se añade bad? Y también me escribes haber leído seguidamente: Cuando el varón de Dios llegó a Heli, Le dijo: Esto dice el Señor: Manifiestamente me manifesté a la casa detu  padre, cuando estaban en tierra de Egipto, sil-viendo a Faraón, y escogime pa1'a el sacerdocio a la casa de tu padre de entre todas las tribus de Israel, para que subieran al altar y me quemaran el incienso y llevaran el «epbod» (1 Reg 2,27-28).

Y continuando por su orden la lectura del mismo libro, tomaste también un ejemplo del paso en que el idumeo Doec, por orden del rey, mató a los sacerdotes: Y volviéndose-dice la Escritura-Doec sirio mató por su mano a los sacerdotes del Señor, J' pasó aquel día a cuchillo a trescientos cinco hombres-o, como se lee en el hebreo, a ochenta y cinco-, que llevaban todos el epbod, Y pasó también a filo de espada a Nonbat, ciudad sacerdotal, desde el varón a la mujer, desde el niño de pecho a la nodriza; y hasta el becerro y el son  y la oveja los pasó a filo de espada. Sólo se salvó un hijo de Aquimelec, hijo de Aquisob, por nombre Abiatar, que huyó a David (1 Reg 22,18-20). 3mini cinct us epbod bad, et diploidam habebat pusillam quam [ecerat ei mater sua, et affe,·eba.t ei de diebus in dies, cum ascenderet cum taro suo ad sacrijicare sacrijicium dierurn, !taque quaeris quid sit ephod bad quo futurus propheta praecingitur, utrumne zona an, ut quidam putant, turabulum uel genus aliquod uestimenti sit. Et si uestis, quomodo ea cingitur? et post ipsum ephod quare adiungitur ei bad? in sequentibus quoque legisse te scribis, nbi uenit bomo Dei ad Heli et dicit ei: haec dicit Dominus: mani] este ostendi me ad domum patris tui, cum essent in terra Aegytni semientes in domo Pbaraonis, et ele gi domum patris tui ex omnibus tribubns lsrabel mibi in sacerdotinm, 11t ascendereut ad a/tare meum, et incenderent incensum et portaren: epbod, Totum libri ordinem persecuta, etiam de illo loco exernplar sumpsisti in quo Doec Idurnaeus iussu regis interfecit sacerdotes: et conuersus, inquit scriptura, Doec Syrus mortijicauir ipse sacerdotes Domini, et occidit in illa die trecentos quin que rúros-siue, ut in Hebraeo legitur, «octoginta quinque»-omnes portantes epbod . Et Nonbat, ciuitatem sacerdotum, occidit in ore gladii a siro us que ad mulierem, ab infante usque ad nntrientem, et uitulurn et asinum et ouem in ore gladii. Et saluat us est unus filius Acbimelecb, filii Acbitob, et nomen ei Abiatba«, et fugiit post Dauid. 3. Non me teneo quin problernatis ordinem responsione praeueniam;

3. No puedo menos de adelantarme con mi respuesta al orden del problema. Donde nosotros leemos: «Y todos llevaban ephod», el hebreo trae: «Y todos llevaban ephod bad». La razón por que digo esto la verás luego. También añadiste lo que sigue: y sucedió que huyendo Abiatar, hijo de Aquimelec, a David, descendió también él con David a Ceila, llevando el ephod en su mano. Y se dio a Saú! la noticia de qtte David había venido a Ceila (1 Reg 23,6ss). Allí, como se temiera la llegada del rey y el cerco de la ciudad, dijo David a Abiatar: «Déjame el ephod del Señor». Esto por lo que se refiere a tus notas del libro de los Reinos. Luego pasas al rollo de los Jueces, en que se escribe cómo Mica, de la montaña de Efraín, devolvió a su madre los mil cien siclos de plata que ella había consagrado, y con los que mandó hacer una imagen tallada y chapeada. Y añades que poco después eso se llama ephod y teraphim, cuando, de tratarse de cinturón o alguna prenda de vestir, no puede ser imagen tallada y chapeada

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