jueves, 6 de junio de 2024

ALFABETO CRISTIANO - JULIA DE GONZAGA- 24-25

ALFABETO CRISTIANO

JUAN DE VALDES

QUE ENSEÑA EL VERDADERO CAMINO DE ADQUIRIR

LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO.

24-25

En este período, 1535, Julia había abandonado Fondi y residía en Nápoles, donde ocupaba una casa en el Borgo delle Vergini, con las comodidades y el servicio que cuadraban a su rango. Allí atendía sus negocios y recibía visitas, pero para evitar habladurías sobre su carácter, en una ciudad tan grande y promiscua, tenía su residencia privada en el convento franciscano de Santa Clara. El papa había emitido un breve permitiéndole residir allí como persona particular, es decir, no obligada por los votos del claustro. Este arreglo continuó ininterrumpidamente durante treinta años, o sea todo el resto de su vida.

Isabel se había casado en segundas nupcias con Carlos de Lanoja, príncipe de Sulmona, como ya hemos dicho. En su doble relación de hijastra y cuñada, inició ahora un largo y penoso 'ltigio con Julia, pretendiendo que el testamento de su padre, Vespasiano Colonna, por virtud del cual Julia recibía durante su viudez las rentas de sus tierras, era nulo y sin valor; además, se negaba a devolver ciertas joyas y otros bienes heredados que le habían sido prestados. Julia consultó con abogados y hallando el caso algo ambiguo, se mostró inclinada a un arreglo justo, según lo declaró en una carta a su hermano don Ferrante Conzaga. Cuando el emperador Carlos V pasó por Nápoles. en 1535, a su vuelta de Africa, se le presentó el caso.

Él lo refirió a la decisión de don Pedro de Toledo, el Virrey, recomendándole, en carta fechada el 12 de octubre de 1535, que procurase un arreglo amistoso de la causa por mutuo acuerdo. Después de varias discusiones ante el Virrey sobre el asunto, se llegó a la conclusión de que Julia debía darse por satisfecha con su dote y el aditamento que su esposo le había dejado. Esto no puso fin a la importunidad de Isabel, que continuó el litigio, pretendiendo para ella el aditamento (sopradotte) , que alcanzaba a un monto de 13.000 ducados. Exigió que fuera declarada nula una disposición judicial que ella misma había hecho, aunque la validez de los títulos en que se basaba no había variado. Isabel ofreció entonces dar a Julia quinientos ducados anualmente para el sostenimiento de su casa, pero una vez más cambió de resolución. De ahí que Carlos V delegara, por diploma del 27 de febrero de 1536, a tres miembros del consejo con la misión de resolver la cuestión como en justicia correspondiese. Gran parte del año 1536 pasó en tan desagradable asunto. Él 8 de junio, Julia escribía a su hermano acerca del resultado del pleito : "Los jueces han condenado a la señora Isabel a pagarme anualmente 2500 ducados en pagos trimestrales (terza per terza), y 1000 ducados al contado por el tiempo transcurrido".

Así terminó esta molesta cuestión, a la cual se hace alusión, al parecer, en su conversación con Valdés.

"Muchos años he vivido de la manera descripta, y durante este tiempo, como sabéis, me han sucedido varias cosas suficientes para perturbar a un espíritu tranquilo, mucho más a un alma tan inquieta como la mía."

Fué precisamente en tan enmarañadas circunstancias cuando se estableció su íntima relación con Valdés y tuvo lugar la conversación del Alfabeto cristiano. Estos incidentes contribuyen a explicar algunas partes del diálogo: el regreso por la noche de oír el sermón del predicador; la prolongada conversación en su casa hasta altas horas de la noche; cómo Valdés pudo haberle ayudado en sus asuntos por sus relaciones con el Virrey y el Emperador ;y el motivo por el cual Valdés procura con tanto afán que se entregue a una completa dependencia de Dios y tenga fe en sus promesas para su sostenimiento material; el deber de perdonar las ofensas; el sacrificio del honor meramente

mundano. Y explican también cierta cláusula de su testamento, por la cual establece que se paguen 350 ducados "a la señora doña Isabel, princesa de Sulmona, en lugar de cierto cáliz y patena, y algunas perlas, y un lebrillo de plata que pasó a mi posesión, de su mansión, y que pueden ser avaluados en esa suma".

 

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