ALFABETO CRISTIANO
JUAN DE VALDES
QUE ENSEÑA EL VERDADERO CAMINO DE ADQUIRIR
LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO
80-82
JULIA. — Me tenéis tan atónita desde que comenzasteis a entrar en estas reglas, considerando la perfección que para vivir conforme a ellas es necesaria, que no he querido replicaros a cosa de cuanto habéis dicho. Mas, pues que habéis acabado, quiero que me digáis si se condenan todas las personas que no viven con la pureza, con la limpieza y con la atención, que vos habéis dicho en estas reglas.
Consuelo de San Juan
VALDÉS. — San Juan, en una de sus epístolas, dice: “ Hijitos míos, yo escribo a vosotros estas cosas para que no pequéis: pero si alguno hubiere pecado, tenemos abogado justo para con su Padre, a Jesucristo, y él es la propiciación por nuestros pecados." Esto mismo os digo yo a vos, Señora; que os pongo delante esta perfección, para que trabajando y procurando de vivir conforme a ella, no pequéis jamás. Mas quiero que si pecareis, os recordéis que Jesucristo es vuestro abogado, cerca de su eterno Padre, el cual satisfizo por nuestros pecados y por los de todo el mundo. De modo que no penséis que las personas que no tienen tan mortificados sus afectos, como yo digo que deseo que vos los tengáis, según os he mostrado por estas reglas, se condenarán. Mas quiero que sepáis que de las que no llegaren a esta perfección, se salvarán aquellas que habiendo abierto los ojos y conocido su mal camino y hallado el camino que enseña Cristo, según aquí os he dicho, buenamente, en cuanto la fragilidad humana lo sufre, trabajan y procuran de caminar por este camino, mortificando su viejo hombre, y vivificando el nuevo, y mientras que no lo alcanzan, conocen y confiesan con dolor de su ánimo, que no son tales cuales Dios quiere que sean y con este vivo conocimiento, dicen de todo corazón aquello del Padrenuestro, —"perdónanos nuestras deudas"—, y aquello de David, —"Crea en mí, Dios, un corazón limpio y rae mi iniquidad" ; y, "porque yo conozco mi iniquidad, y mi pecado está siempre delante de mí". Y si todas las personas que caminan por el camino cristiano siempre viviesen tan perfectamente, como aquí hemos dicho, no diría San Juan que, "si decimos que no tenemos pecados, mentimos" , ni diría el sabio "que el justo cae siete veces al día y que otras tantas vuelve a levantarse" . Y sabed, Señora, que es justo porque va por el camino de justicia, el cual es aquel que Cristo nos enseñó; y que cae por fragilidad y se torna a levantarse por la fe y confianza que tiene en Jesucristo, que le perdonará: y éstas son enfermedades y debilidades, de las cuales entiende San Pablo cuando, hablando de Cristo, dice que tenemos Pontífice que puede compadecerse de nuestras enfermedades, habiendo estado vestido del hábito de nuestra humanidad. Todo el negocio consiste en salir una vez del camino del mundo, y entrar en el camino de Dios, que después de entrados, cayendo y levantando, tropezando y no cayendo, todavía nuestras cosas van bien. Por tanto, no os espante la pureza de esta perfección cristiana, antes os suplico que de veras os enamoréis de ella, porque os certifico que no ta entenderéis jamás, si antes Dios intrínsecamente no os la enseña. Y para que os la enseñe, conviene que vos os dispongáis a experimentarla.
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