sábado, 8 de junio de 2024

JULIA GONZAGA - 52-54

ALFABETO CRISTIANO

JUAN DE VALDES

QUE ENSEÑA EL VERDADERO CAMINO DE ADQUIRIR

LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO.

52-54

Conforme a esto es lo que dice San Agustín, que el Espíritu de Dios restaura y renueva en nosotros la imagen y semejanza de Dios, a la cual fuimos creados; todavía lo entenderéis mejor por este ejemplo.

 Tiene un gran señor un servidor, al cual ama mucho y le hace mucho favor y gracia. Este hace una ofensa grande al Señor, por la cual no solamente le priva de todo su favor y de toda su gracia, sino que, con justo enojo, le condena a muerte. Acontece que, con el tiempo, otra persona acepta al Señor, ruega por aquel servidor, al cual el Señor, por contemplación de aquella tal persona, le perdona la vida; y aunque no le admite al mismo grado de favor y gracia que tenía antes que pecase, le da entrada en su palacio y cámara para que, con el tiempo, pueda volver a entrar en el grado que antes estaba.

JULIA. — Con el ejemplo, yo lo acabo de entender, y me satisface tanto que quedo tranquila y sin ningún escrúpulo en cuanto a esto; y no penséis haber hecho poco.

VALDÉS. — Si hablase yo con persona de bajo, grosero y rudo ingenio, creería bien haber hecho alguna cosa, mas, porque hablo con quien hablo, he menester poca industria para hacerla capaz de la verdad; de modo que no tendré de qué gloriarme, sino sólo del crédito que dais a mis palabras.

JULIA. — Ahora bien, dejemos esto y vengamos a lo que hace al caso, y decidme vuestro parecer acerca de la contrariedad que yo siento.

VALDÉS. — Digo, Señora, que así como os compadezco y me duelo de que viváis en la confusión, de que hasta aquí hemos hablado, así también estoy alegre y contento de que sintáis la contrariedad que decís.

JULIA . — ¿Por qué?

VALDÉS. — Yo os lo diré. Me duelo de la confusión, porque procede de culpa vuestra, como hemos dicho y redunda en daño vuestro, como vos misma experimentáis; y de la contrariedad me alegro porque conozco que procede de esto, que la predicación del Evangelio hace en vos su primer efecto.

Predicación del Evangelio

JULIA. — ¿Por qué llamáis a la contrariedad primer efecto de la predicación evangélica?

VALDÉS. — Porque así como la primera cosa que hace la luz entrando en una cámara oscura, es echar fuera las tinieblas y manifestar y descubrir lo que con la oscuridad no se veía, así, de la misma manera, cuando la luz de la verdad evangélica comienza a resplandecer en el ánimo de una persona del mundo, echando en algún modo las tinieblas y oscuridades, tanto de la sensualidad cuanto de la razón humana, descubre y saca a luz lo que estaba a cubierto; y entonces esa tal persona, volviendo en sí, comienza a sentir cómo aquello que antes tenía por bueno, es malo; y aquello que juzgaba por verdadero, es falso; y aquello que le parecía dulce, es amargo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA DESTACADA

BELICE- 440-444

INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA ESPAÑOLA EN LA  REPÚBLICA AMERICANA DE GUATEMALA FREDERICK CROWE LONDRES, 1850 -440-444   Los miembros...