Capítulo III
POR ENCIMA DE LA MURALLA
El centinela de la puerta principal del castillo de Doornik se alegró con la luz del alba. Oteando
en la semioscuridad observó un pequeño paquete en el lado interior de la muralla, cuando bajópara cumplir su oficio de quitar las barras de hierro que cerraban la puerta principal. Durante lanoche alguien lo habla arrojado, por encima de las puertas. El paquete estaba bien sellado con lacte y dirigido al rey Felipe II. Dentro había dos cosas, un librito impreso en francés v una cartaanónima escrita a mano.
De este extraño modo la Confesión de Fe de los Cristianos Reformados de Holanda fue presentada al rey Felipe v a su representante real en los Países Bajos. Era la noche del 1 al 2 denoviembre de 1561. Pero los rayones de esta carta anónima se hallan en la historia que vamos a contar y que empezó varios meses atrás.
Guido de Bress, se estableció en Doornik a fines de 1559 cuando volvió de estudiar en Suiza.
Trabajó también en otras ciudades, por ejemplo Lille, de la cual habla tenido que huir antes, en
su ciudad natal de Mons y en Antwerp; pero ahora De Bress había venido a ser un pastor efectivo del pueblo reformado y muchas iglesias esperaban su ayuda. Constantemente se disfrazaba cambiándose una barba larga por una de corta o una capa flotante por una chaqueta v un sombrero. Se hacía llamar Jerónimo, y mucha gente de su propia congregación nunca le conocieron por otro nombre. En un extremo de la ciudad cerca de la muralla, De Bress alquiló dos habitaciones contiguas separadas por un jardín. Allí vivió cuando pernoctaba en Doornik y nunca dejaba sus habitaciones hasta después de oscurecer. Probablemente su familia no podía vivir con él.
La ciudad de Doornik estaba cerca de la frontera francesa. Había sido una ciudad francesa por
siglos hasta que el viejo emperador Carlos se apoderó de ellas y los magistrados de la ciudad no amaban mucho a sus nuevos amos. Por esto aunque la regente Margarita había enviado a sus oficiales para perseguir a los protestantes de Doornik los magistrados de la ciudad no se sentían inclinados a proseguir con gran celo la caza de herejes. Por tal razón De Bress esperaba que trabajando allí con cautela podría ganar a muchos a la fe reformada.
La congregación de Doornik se llamaba «Iglesia de la Palma». Ya en 1544 esta congregación había enviado a buscar un pastor de Strasburgo. Vino Pedro Brully, un predicador que sucedió a Juan Calvino entre los refugiados franceses de Strasburgo, pero hacía sólo tres meses que el pastor Brully estaba en Doornik cuando los enviados de la regente Margarita irrumpieron en la
ciudad. Desde entonces bajo sus órdenes las puertas fueron estrechamente vigiladas y nadie
podía salir sin un pase. Los amigos de Brully lo bajaron una noche con una cuerda por encima de la pared, pero cuando uno de ellos se inclinó por última vez para saludarle con la mano cayó una piedra con tan mala fortuna que rompió una pierna de Brully. Los guardias oyeron el ruido y Brully fue capturado y poco después quemado públicamente en la plaza del mercado. El próximo pastor corrió la misma suerte un año después, siendo también quemado vivo con cuatro de sus feligreses que fueron decapitados. Después de estas dos experiencias la Iglesia de la Palma se mantuvo por si misma sin Pastor y ahora 15 años más tarde el joven De Bress había venido en su ayuda.
Todas las reuniones de la iglesia se tenían en secreto, después del anochecer, y nunca se juntaban más de 12 personas en un lugar. De Bress ayudó a la iglesia a organizarse y a elegir ancianos y diáconos, según la enseñanza de Calvino. Se celebró la Cena del Señor, se bautizaron los niños de los creyentes. Estos solían invitar a sus amigos para una cena. Allí De Bress .alias Jerónimo oraba y meditaba la Palabra de Dios. Puesto que era una costumbre flamenca muy común el invitar a los amigos para una cena, este método servía muy bien para difundir la Palabra de DIos y traEn nuevos convertidos a la Iglesia de la Palma.
Al principio, la mayoría de los creyentes eran de las clases humildes. Había una gran brecha entre las clases teja y alta de Doornik, pero De Bress lo mismo que Calvino, deseaba ganar gente influyente paro el Evangelio. Por medio de estas cenas-coloquio, empezó a ocurrir. Aun el magistrado Tafill fue convertido, así como el abogado de Lattre y otra gente influyente.
De Bress abrigaba la esperanza de que por medio de un trabajo secreto y cauteloso, la ciudad entera podía ser á traída a la fe Reformada.
Pero las dificultades empezaron por culpa de la propia congregación Reformada. La gente humilde no eran tan diplomáticos ni pacientes como su pastor jerónimo. Viendo como progresaba el Evangelio en la ciudad, querían hacer alguna de grupo que era un conocido tejedor llamado Roberto, , du Four, quien estaba ansioso de hacer algo dramático. Se movía entre la gente humilde excitándoles a hacer algo hasta que no pudieron retroceder. En vano De Bress argüía que echarían a pique todo lo que se había adelantado si intentaban hacerse reconocer en la ciudad.
.—No. -respondían el tejedor y su gente-, —«nosotros estamos en la verdad y el Señor defenderá su Causa. Es tiempo de que vuestras voces sean oídas
por oído el pueblo, y que todo el mundo conozca la verdad del Señor».—
Du Four supo que dos años antes, en París, los protestantes osadamente habían cantado salmos en un parque cercano a la Universidad. Pensó que esto sería una buena idea para Doornik. En la noche del día de San Miguel, 29 de septiembre de 1661, algunos centenares de protestantes se juntaron en la plaza del mercado y bajaron por las calles en manifestación, cantando los salmos de David cantados por Marot y puestos en música por el famoso Burgeois, quien escribió muchas de las tonadas que todavía cantamos en nuestras iglesias.
El gobernador dio orden de que se disparara contra los cantores, pero gracias a la oscuridad hubo pocas víctimas. El día siguiente los magistrados de la ciudad dispusieron la iluminación de las principales calles y reiteraron la orden de que después de la puesta de sol nadie pudiera transitar por las calles sin su propia linterna, pero esto no detuvo a los cantores. La segunda noche .se juntaron unos quinientos cubiertos con disfraces y largas capas, seguidos por una muchedumbre de curiosos. Como primera providencia apagaron las luces puestas por los magistrados y luego empezaron a cantar y a proferir frases favorables a la reforma y textos de la Biblia enfrente de la casa del vicario del Obispo.
El obispo de Doornik estaba en Bruselas, cuando alguien le trajo nuevas de lo ocurrido. Directamente se fue a ver a la regente Margarita. Esta se puso furiosa, pensando que aquello era el preludio de una revuelta, ya que los magistrados de Doornik no le habían dado cuenta de lo ocurrido y había tenido que enterarse por medio del obispo. Inmediatamente envió a tres comisionados reales para promover la represión, trayendo una severa carta de reproche a los magistrados por no haber cumplido con su deber.
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