domingo, 30 de junio de 2024

IV CARTA A MARCELA - 216-218

CARTAS DE SAN JERÓNIMO

 A MARCELA,

216-218

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A MARCELA

Nu p e« cu m pnriter essemus ... Se hallaba Jerónimo en el palacio o monasterio del Aventino rodeado de su ilustre auditorio (Marcela, Paula, Eustoquia y tantas más nobles, religiosas e inteligentes damas romanas), y la philoponotate Marcela pide al maestro le explique el sentido de tantas palabras hebreas que han entrado de rondón, sin traducir, en la lengua de la liturgia cristiana. La misma curiosidad sintió un día el papa Dámaso y ruego parejo le dirigió a Jerónimo. Y Jerónimo toma la palabra . Fecha: 384.

 1. Estando hace unos días juntos, me preguntaste no por carta, como antes solías, sino presente, de viva voz, qué significan originariamente las palabras que han pasado del hebreo al latín sin traducción y por qué se han dejado sin traducir como son: «Aleluya», «amén», «maran atha», «efod» y otras que están dispersas por las Escrituras y que tú recordaste. 2. Como tengo tan poco tiempo para dictar, te voy a responder brevemente. Tanto los setenta intérpretes como los apóstoles tuvieron mucho cuidado, ya que la primitiva Iglesia estaba compuesta de judíos, de no innovar nada para evitar el escándalo de los creyentes. Luego, cuando la palabra del Evangelio se hubo dilatado por todas las naciones, no fue ya posible cambiar lo comúnmente recibido. Orígenes, en los libros que llama exegéticos, da otra razón y es que cada lengua tiene sus peculiaridades propias y lo que se dice originariamente no puede sonar del mismo modo entre extraños. De ahí que es preferible dejarlas sin traducir, que no debilitar su sentido por la traducción.  

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AD MARCELLAM

l. Nuper cum pariter essemus,, non per epistulam, ut ante consueueras, sed praesens ipsa quaesisti quid ea uerba quae ex Hebraeo in Latinum non habemus expressa, apud suos sonarent, curque sine interpretatione sint posita, ut est illud: «alleluia», «amen», «rnaran atha», «ephod» et cetera, quae in scripturis conspersa memorasti. 2. Ad quod nos, quia dictandi angustia coartamur, breuiter respondemus siue septuaginta interpretes siue apostolos id curasse ut, quoniam prima ecclesia ex Iudaeis fuerat congregata, nihil ob credentium scandalum innouarent, sed ita ut a 1?._aruo inbiberant traderent; postea uero quam in uniuersas gentes euangelii dilatatus est sermo, non potuisse semel suscepta mutari, licet et illud in libris suis quos e~r¡yr¡Tt1<oús uocat, Orígenes adserat propter uernaculurn linguae uniuscuiusque idioma non posse ita apud alios sonare ut apud suos dicta sunt, et multo esse melius ininterpretata ponere quam uim interpretatione tenuare. 3. Igitur allelui« exprimitur «laudate Dominum»; ia quippe apud

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3. Así, pues, aleluya quiere decir: «Alabad al Señor». Efectivamente, ia es uno de los diez nombres de Dios en hebreo. Así, en el salmo en que nosotros leemos: Alabad al Señor, porque es bueno salmodiar (Ps 146,1), se lee en el texto hebreo: «Aleluia qui tob zarnmer». 4. En cuanto a amén, Aquila lo traduce por pepistómenós, que nosotros podemos reproducir por «fielmente». Es un adverbio tomado del nombre de la fe amuna. Los Setenta lo traducen por génoito, es decir, «fiat». Así, al fin de los libros del Salterio-pues éste se divide entre los hebreos en cinco rollos-, lo que en el texto hebreo se lee «amen, amen», los Setenta lo tradujeron «fiat, fíat», con lo que se intenta confirmar ser verdad todo lo anteriormente dicho. De ahí también que afirme Pablo no poder nadie responder amén, es decir, confirmar lo que antes se ha dicho, si no entiende lo que se predica ( cf. 1 Cor 14, 16). Maran atha es más bien siríaco que hebreo, si bien puesto entre los confines de ambas lenguas, tiene también alguna resonancia hebraica. Su traducción es: «Nuestro Señor viene»; de modo qu_e el sentido del paso paulino es: Si alguno no ama al Señor ¡es11cristo, sea anatema (1 Cor 16,22). Y pues se trata de un hecho cumplido, se añade: Nuestro Señor ha venido, pues es superfluo obstinarse con odio pertinaz contra quien consta haber ya venido. 5. También quería escribirte algo sobre el diapsalma, que en hebreo se dice sela, y del ephod, del pro dieletb, que se pone en la inscripción de algún salmo (cf. Ps 21,1) y de otros puntos por el estilo. Pero sobrepasaría los límites del estilo epistolar y el diferir las cuestiones puede aumentar tu avidez de saber.

Hebraeos unum de decern Dei nominibus est. Et in illo psalrno, in quo legimus: laudaie Dominum quoniam bo111tS est psalmus, apud Hebraeos legitur: «alleluia chi tob zamrner». 4. Amen uero Aquila 1rm1crTwμévws exprirnit, quod nos «fideliter» possumus dicere, ductum aduerbium ex nomine fidei amuna, Septuaginta y1vono, id est «fiat». Vnde in fine librorum, In quinque siquidem uolumina psalterium apud Hebraeos diuisum est, «fiat, fíat» transtulerunt, quod in Hebraeo legitur «amen, amen», quo scilicet ea uere dicta quae supra dicta sunt confirmentur. Vnde et Paulus adserit non posse aliquem respondere amen, id est confirmare quae praedicta sunt, nisi intellexerit praedicationem. Ma1'an atha magis Syrum est quarn Hebraeum, tametsi ex confinio utrarurnque linguarum aliquid et Hebraeum sonet; et interpretatur: «Dominus noster uenit», ut sit sensus: si quis non arnat Dominum Ies um Cbrist um, anaibema. Et illo conpleto deinceps inferatur: «Dorninus nos ter uenit», quod superfluum sit aduersus eum odiis pertinacibus uelle contendere quem uenisse iam constet. 5. Vellem tibi aliquid et de diapsalmate sc-ribere, quod apud Hebraeos dicitur sela, et de epbod, et de eo quod in cuiusdam psalmi titulo habetur pro aieleth, et ceteris istius modi, nisi et modum epistolici cha-

218 27. A MARCELA Es efectivamente refrán trillado que mercancía espontáneamente ofrecida no es estimada. Por eso me callo adrede lo que tenía que decir para que tengas más ganas de oír lo que se ha callado.  

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