sábado, 29 de junio de 2024

1 CARTA A MARCELA,

 CARTAS DE SAN JERÓNIMO

A MARCELA, SOBRE LA MUERTE DE LEA

207- 210

Conocemos ya a Marcela, la noble viuda romana que hizo de su palacio del Aventino un cenobio ( Nota del blog. Monasterio, actividades de meditaciones  religiosas)  de vírgenes y atrajo a Jerónimo a que diera en él sus famosas lecciones bíblicas.

 El año 340, cuando Marcela era una niña, se hospedó justamente en su palacio San Atanasio, que acudió a Roma huyendo la persecución arriana de Alejandría. Entonces columbró Marcela por vez primera el ideal monástico, que la atraería definitivamente después de su temprana viudez: Nulla eo tempore nobilium feminarum noverat Romae propositum monachorum, nec audebat propter rei novitatem ignominiosum, ut tune putabatur, et vile in populis nomen as su mere. Haee (i.e. Marcella) ab Alexandrinis prius saeerdotibus papaque Athanasio et postea Petro, qui perseeutionem Arianae aeresis declinantes, quasi ad zutissimutn communionis suae portum conjugerant, vitam beati Antonii, adhue tune viventis, monasteriorumque in T hebaide Paehumii et virginum ac viduarum didicit disciplinam, nec erubuit profiteri quod Cbristo plaeere eognoverat (Epist. 127,5).

ore cantabunt: osanna in excelsis; benedictus, qui uenit in nomine Domini, osanna in excelsis . Tune centum quadraginta quattuor milia in conspectu throni et seniorum tenebunt citharas et cantabunt canticum nouum, et nemo poterit scire canticum illud nisi numerus definitus: hi sunt, qui se cum mulieribus non coinquinauerunt-uirgines enim perrnanserunt+'; · Quotienscumque te uana saeculi delectarit ambitio, quotiens in rnurido aliquid uideris gloriosum, ad paradisum mente transgredere; esse incipe quod futura es, et audies ab sponso tuo: pone me sicut signaculum .. in corde tuo, sicut signaculum in brachio tuo, et opere pariter ac mente rnunita clamabis: aqua multa non poterit extin guere carttatern et flumina· non cooperient eam.

208 . Esta última frase nos retrata bien la energía del alma de Marcela, descendiente de conquistadores romanos: No se avergonzó de hacer, contra. viento y marea de lo que se pensaba en Roma, lo que conoció del agrado de Cristo, e hizo de su palacio un monasterio. Allí está un día explicando Jerónimo un punto del salmo 72, «hacia las nueve de la mañana», cuando llegó la noticia de la muerte de Lea. Por el mismo tiempo murió también el consul designatus Vettio Agorio Pretextato, que hubiera entrado en funciones el año 385 .. Jerónimo aprovecha la coyuntura para dirigir a Marcela esta carta {la primera de las dieciséis que están a ella dirigidas), en que, tras el elogio de Lea, se traza un paralelo entre la suerte de la santa viuda cristiana y el cónsul pagano. Es grato imaginar que la carta fue leída al comienzo de la lección bíblica del día siguiente y la impresión de su último párrafo en las nobles oyentes (allí estaban Paula y Eustoquia) hubo de ser profundísima. Fecha: Otoño de· 384.

l. Hoy, a eso de las nueve de la mañana, habíamos empezado a leer el salmo. 72, es decir, el comienzo del libro tercero del Salterio, y hubimos de explicar cómo parte de su título pertenece al fin del libro segundo y parte al principio del tercero. Es deci:r, que las palabras: Terminan los himnos de David, hijo de Jessé, es la conclusión del libro anterior; las otras, empero: Salmo de Asaf, son comienzo del siguiente (cf. Ps 71,20); 72,1). Habíamos llegado al paso en que habla el justo y dice: Yo. decía: Si de este modo hablara, reprobaría la casta de tus hijos (Ps 72,15), texto que tiene otra versión en los códices latinos, cuando nos llegó la noticia de que la santísima Lea había salido del cuerpo. Allí te vi ponerte hasta tal punto descolorida, que realmente pocas son, si hay alguna, las almas que, al romperse este vaso de arcilla, no sientan tristeza. Tú, a la verdad, no te dolías por estar incierta de su suerte futura, sino por no haberle tributado el triste obsequio del funeral. Finalmente, hablando que

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AD MARCELLAM DE EXITV LEAE

l. Curn hora ferme tertia hodiernae diei septuagesimum secundum psalmum, id est tertii libri principium, legere coepissemus, et docere· cogeremur tituli ipsius partern ad finem secundi libri, partem ad principiurn tertii libri pertinere---quod scilicet defecerunt hymni Dauid, [ilii Les se, fínis esset prioris, pselmus uero Asapb principium sequentis-et usque ad eum locum peruenissemus in quo iustus loquitur: dicebam: si narrauero sic, ecce generationem [iliorurn t uorttm prae uaricazus sum, quod in Latinis codicibus non ita habemus expressum, repente nobis nuntiatum est sanetissimarn Leam exisse de corpore. Ibique -ita te palluisse conspexi, ut uere aut pauca aut nulla sit anima quae fracto uase testaceo non tristis erumpat. Et tu quidem, non quod -futuri incerta esses dolebas, sed quo triste funeri

hablábamos, nos llegó la nueva noticia de que sus restos habían: sido ya trasladados a Ostia. 2. Acaso preguntes a qué viene esta repetición. Pues te responderé con palabras del Apóstol que viene en gran manera a cuento. Primero, porque todos hemos de alegrarnos de que Lea, pisoteado el diablo, haya recibido ya la corona de la seguridad; segundo, . para relatar sucintamente su vida; tercero, para despojar al cónsul electo de sus pompas seculares y afirmar que está ahora en el infierno. Ahora bien, ¿quién será capaz de ensalzar como es· razón la vida de Lea? La cual primeramente de manera tan total se convirtió a Dios, que vino a ser prelada de un monasterio, madre de vírgenes. Después de los blancos vestidos, consumió sus: miembros en un saco; pasaba las noches orando y enseñaba a sus: compañeras más con el ejemplo que con palabras. Fue de tan grande humildad y sujeción, que la antigua señora de muchísimos parecía ahora criada de un hombre. Si bien tanto era más esclava de Cristo cuanto nadie la tenía por señora de hombres. Su vestir era sin curiosidad; la comida, pobre; la cabeza, desaliñada; pero todo esto de manera que huía de todo punto la ostentación, pues: temía recibir su galardón en este mundo. 3. Ahora, pues, por un breve trabajo, goza de la beatitud· eterna, es recibida por los coros de los ángeles, regalada en el' seno de Abrahán y juntamente con Lázaro, el pobre de antaño; ve cómo el rico vestido de púrpura, cónsul electo, pero no investido de la toga palmada, está pidiendo la gota de agua que pueda caer del dedo meñique. ¡ Oh trueque de las cosas! El que pocos; días antes iba precedido de los más altos dignatarios, el que subía·

obsequium non dedisses. Denique in mediis fabulis rursurn didicimus rel iquías eius iam Ostia fuisse delatas. 2. Quaeras quo pertineat ista replicatio? respondebo tibi uerbis apostoli : multum per omnem modum, Primum, quod uniuersorum gaudiis. prosequenda sit quae calcato diabolo coronam iam securitatis accepit; secundo, ut eius uita breuiter explicetur; tertio, ut designatum consulern de suis saeculis detrahentes esse docearnus in tártaro. Equidem conuersationem Leae nostrae quis possit digno eleuare praeconio? ita eam totarn ad Dominum fuisse conuersam ut monasterii prínceps, mater uirginurn fieret; post mollitiem uestium sacco membra triuisse; orationibus duxisse· noctes, et comites suas plus exemplo docuisse quam uerbis. Humilitatis tantae tamque subiectae, ut quondam domina plurimorum ancilla hominis: putaretur, nisi quod eo Christi magis esse ancilla dum domina hominum non putatur. Inculta uestis, uilis cibus, neglectum caput, ita tamen ut cum omnia faceret ostentationem fugeret singulorum, ne reciperet in. praesenti saeculo mercedem suam. 3. Nunc igitur pro breui labore aeterna beatitudine fruitur: excipitur angelorum choris, Abrahae sinibus confouetur, et cum paupere quondam Lazara diuitem purpuratum, et non palmatum consulem, sed sacratum, stillam digiti minoris cernit inquirere. O rerurn quanta mutatio ! ille,

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24. A MARCELA

a la ciudadela del Capitolio como si celebrara el triunfo por la victoria de los enemigos, al que el pueblo romano recibió entre aplausos y con una especie de danza general, y a cuya muerte se .conmovió toda la ciudad, ahora se ha quedado solo y desnudo y mora, no como_ su mujer infortunada se imagina, en un palacio lácteo del cielo, sino entre inmundicias y tinieblas. Esta, empero, •que vivió encerrada en la estrechez de una sola habitación; ésta, ·que parecía pobre y humilde, cuya vida era reputada por desatino, sigue ahora a Cristo y dice: Todo lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad de nuestro Dios, etc. (Ps 47,9). 4. Por lo cual yo os amonesto y con lágrimas y gemidos os conjuro que, en tanto vamos corriendo la carrera de esta vida, no tengamos dos túnicas, es decir, no nos vistamos de doble fe; no nos agravemos con las pieles de los calzados, es decir, con obras muertas; no nos incline hacia tierra la alforja de las riquezas; no busquemos el apoyo de la vara, es decir, de la potencia secular; no queramos poseer a par a Cristo y al siglo( sistema mundano). No, a lo breve y caduco suceda lo eterno, y, pues, por lo que al cuerpo atañe, cada día nos morimos antes de hora, no nos tengamos en lo demás por eternos, a fin de poder ser un día eternos.

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