ALFABETO CRISTIANO
JUAN DE VALDES
QUE ENSEÑA EL VERDADERO CAMINO DE ADQUIRIR
LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO
124-126
VALDÉS. — Sí dará, mientras que conociereis en verdad que la habéis menester, y con ese conocimiento se la pidiereis; y sabed que aun este conocimiento os viene por gracia especial de Dios. Ahora, quiero que traigáis a vuestra memoria lo que poco ha os dije de la división que hace San Pablo del hombre, partiéndole en hombre viejo y en hombre nuevo; no sé si os acordáis bien, de lo que en torno a esto os dije.
JULIA. — Acuérdome muy bien.
VALDÉS, — Pues que os acordáis, sin volverlo a repetir digo, Señora, que por el ejercicio mental del cual hemos hablado en los doce pasos, habéis de comenzar vuestro camino cristiano; y digo que le habéis de continuar por otro ejercicio que también quiero que sea mental, a fin de que salgáis con vuestra intención, de adquirir a Cristo sin perder el mundo. Esto es, que estéis con cuidado continuo y vigilancia para mortificar en vos el viejo hombre y vivificar el nuevo. Y quiero que sepáis que así como conociéndoos a vos misma os desamoraréis de vos, y conociendo a Dios os enamoraréis de Dios; y así como cuanto quitáis del amor propio de vos misma, tanto añadís del amor de Dios, así, ni más ni menos, cuanto mortificáis del hombre viejo, tanto vivificáis del hombre nuevo.
JULIA. — Es menester que vos me digáis cómo he de hacer esa mortificación y vivificación.
Negar nuestra voluntad
VALDÉS. — Ya os digo que haciendo la mortificación hacéis igualmente la vivificación; y haréis la mortificación por la negación de la voluntad, quiero decir, negando y contrastando vuestra voluntad en todas las cosas, así en las pequeñas como en las grandes. Y sabed, cierto, que sin esta negación de la voluntad, de ningún modo podemos ir a Cristo.
*(Nota: Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros
también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Colosenses 3. 5-7)*
Porque estando nuestra voluntad naturalmente inclinada a amarse y a querer todo lo contrario de lo que Cristo quiere, pensad si será necesario vencerla y negarla para seguir a Cristo. Y por eso dice el mismo Cristo, "el que quiera venir en pos de mí, niegúese a sí mismo", quiere decir, niegue su voluntad, y tome sobre las espaldas la cruz de sus trabajos y penas, y sígame. Esto mismo tenía San Pablo cuando nos aconseja que no hagamos todo loque queramos, quiere decir, que neguemos a nuestras voluntades.
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