El CANTAR DE LOS CANTARES
SAGRADA BIBLIA
Cantares 2 - Biblia Dios habla hoy
Ella Él
1 Soy la flor de los llanos de Sarón, soy la rosa de los valles.
Ella
2 Mi amada es, entre las mujeres, como una rosa entre los espinos.
3 Mi amado es, entre los hombres, como un manzano entre los árboles del bosque. ¡Qué agradable es sentarme a su sombra! ¡Qué dulce me sabe su fruta!
4 Me llevó a la sala de banquetes y sus miradas para mí fueron de amor.
5 ¡Reanímenme con tortas de pasas, aliméntenme con manzanas, porque me muero de amor!
Él
6 ¡Que ponga él su izquierda bajo mi cabeza, y que con su derecha me abrace!
Segundo canto
Ella
7 Prométanme, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, no interrumpir el sueño de mi amor. ¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!
8 ¡Ya viene mi amado! ¡Ya escucho su voz! Viene saltando sobre los montes, viene saltando por las colinas.
9 Mi amado es como un venado: como un venado pequeño. ¡Aquí está ya, tras la puerta, asomándose a la ventana, espiando a través de la reja!
10 Mi amado me dijo: «Levántate, amor mío; anda, cariño, vamos.
11 ¡Mira! El invierno ha pasado y con él se han ido las lluvias.
12 Ya han brotado flores en el campo, ya ha llegado el tiempo de cantar, ya se escucha en nuestra tierra el arrullo de las tórtolas.
13 Ya tiene higos la higuera, y los viñedos esparcen su aroma. »Levántate, amor mío; anda, cariño, vamos.
Los dos
14 »Paloma mía, que te escondes en las rocas, en altos y escabrosos escondites, déjame ver tu rostro, déjame escuchar tu voz. ¡Es tan agradable el verte! ¡Es tan dulce el escucharte!»
Ella
15 Atrapen las zorras, las zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor.
16 Mi amado es mío, y yo soy suya. Él apacienta sus rebaños entre las rosas.
17 Mientras llega el día y huyen las sombras, vuelve, amado mío; sé como un venado, como un venado pequeño por los montes escarpados.
Cantares 3 - Biblia Dios habla hoy
1 En mi cama, por las noches, busqué al amor de mi vida. Lo busqué y no lo encontré.
2 Entonces me levanté y recorrí la ciudad buscando al amor de mi vida por las calles y las plazas. Lo busqué y no lo encontré.
3 Pregunté a los guardias que hacen la ronda de la ciudad: «¿No han visto ustedes al amor de mi vida?»
Él
4 Apenas me había alejado de ellos, cuando encontré al amor de mi vida. Lo tomé de la mano, y sin soltarlo lo llevé a las habitaciones de mi madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario