sábado, 10 de agosto de 2024

SUPRESIÓN DE LA REFORMA EN ESPAÑA -SIGLO XVI.* 101-105

HISTORIA, PROGRESO Y

 THOMAS McCRIE,

D. D. PAUL T. JONES, AGENTE EDITORIAL. 1842

101-105

Los monjes españoles se desviaron por un tiempo de la búsqueda de los escritos de Lutero, por su ansiedad de suprimir los de Erasmo, de los cuales temían un peligro más inmediato. Este hombre erudito, a quien no se le ha dado injustamente el nombre del precursor de Lutero, tenía muchos amigos en España, que confiaban tanto en su fuerza que le escribieron que esperaban salir victoriosos en la contienda.

 Se equivocaron; porque sus adversarios los superaban en número en una junta eclesiástica celebrada en Madrid en el año 1527; y como consecuencia de esto, sus Coloquios, su Elogio de la locura y su Paráfrasis del Nuevo Testamento fueron censurados y se prohibió que se explicaran en las escuelas, que se vendieran o leyeran.

"¡Cómo soy digno de lástima!", exclama; " Los luteranos me atacan como papista convicto, y los católicos me tachan de amigo de Lutero".

 Los patronos de la ignorancia resolvieron perseguir su victoria, y se iniciaron inmediatamente procesos por herejía contra algunos de los hombres más eruditos del reino.

Pedro de Lerma, profesor de teología y rector de la universidad de Alcalá, fue denunciado a la inquisición de Toledo, como sospechoso de opiniones luteranas, y huyó a París.

* Llorente, ii. 6, 7, 423. Vives, en una carta a Erasmo, da a entender que Manrique deseaba frenar la furia de la Inquisición. (Epistoloe, ut supra, col. 109.) t Erasmi Epistolce, ep. 884, 907, 910. Burscheri Spicilegia Autogr. Erasm. spic. v. p. 12, 20, 24. Llorente, i. 459-462. Una traducción al español del Enchiridion de Erasmo se imprimió en 1517, y tuvo tal aceptación que se intentó publicar su paráfrasis en el mismo idioma. Epistolce T. Mori et. L. Vives, col. 107; conf. Schlegel, Vita Spalatini, p. III, not. 1.) John Maldonat, consejero de Carlos V, en una carta fechada en Burgos, 3 cal. dic. 1527, después de mencionar a un dominico que había estado activo en inflamar las mentes de sus hermanos contra Erasmo, añade: " Ha actuado de la misma manera con ciertas monjas entrometidas y con algunas mujeres nobles, que en este país tienen gran influencia sobre sus maridos en lo que se refiere a la religión." (Burscheri Spicil. ut supra, pág. 24

 Su sobrino y sucesor, Luis de Cadena, cayó pronto bajo la misma sospecha y siguió su ejemplo.*

 Juan de Vergara, uno de los editores de la Políglota, y su hermano Bernardino Tobar, fueron menos afortunados; pues, al ser apresados ​​por orden de los inquisidores de Toledo, no se les permitió salir de las mazmorras del Santo Oficio hasta que hubieron abjurado de la herejía de Lutero como personas ligeramente sospechosas, re ibido la absolución ad cautelam y se sometieron a ciertas penitencias

 Dos acontecimientos que sucedieron en esta época tuvieron una influencia considerable en atraer la atención de los españoles hacia la causa de Lutero y darles una impresión más favorable de sus opiniones. El primero fue la disputa entre Carlos V y el papa Clemente VII, que condujo, en 1527, al saqueo de Roma y al encarcelamiento del pontífice. Aunque Carlos, en esa ocasión, ordenó que se suspendieran los festejos públicos por el nacimiento de su hijo Felipe, como señal de su pesar por un acontecimiento tan desafortunado, sin embargo, fue considerado como un triunfo por la nación, y dio ocasión a baladas satíricas contra el papa y la sede de Roma. El otro evento fue la presentación, en 1530, * Llorente, ii. 430, 454. Antonii Bibl. Hisp.Nova, ii. 29. Gómez, mientras elogia los talentos y servicios de Lerma y Cadena, pasa por alto la causa de su desgracia. (Vita Ximenii, pág. 79, 83, 224, 225.) t Llorente, ii. 7, 8. Vives, en una carta a Erasmo, 10 de mayo de 1534, dice: "Vivimos en tiempos difíciles, en los que no se puede ni hablar ni callar sin peligro. Vergara y su hermano Tobar, con algunos otros hombres eruditos en España, han sido aprehendidos." (Epistoloe T. Mori et L. Vives, col. 114.) t

 Lo que sigue es un ejemplar de uno de los poemas compuestos en ese momento en España:

La gran sobervia de Roma

Agora España la refrena

Por la culpa del pastor

El ganado se condena

El governalle quitado

La aguja se desgobierna

Gran agua coge  la bomba

Menester tiene carena,  

Por la culpa del piloto

Que la rige y la govierna

* Depping, Sammlung der besten

 alten Spanischen Romanzen,

, p. 447.

Hemos mencionado en otra parte el ridículo con el que los alemanes del ejército imperial trataron a Clemente VII durante su encarcelamiento. (Hist. de la Reforma en Italia, págs. 59-61). Parece que de la confesión de fe protestante en la dieta imperial de Augsburgo, a la que estuvo presente Carlos, a la que asistió un gran número de nobles y clérigos españoles.* Esto tuvo un efecto nada desdeñable a la hora de disipar la falsa idea de las opiniones de Lutero que hasta entonces se había propagado con ahínco. En la dieta de Worms en 1521, los asistentes españoles del emperador, en lugar de admirar el heroísmo mostrado por Lutero, lo trataron con insultos cuando se retiró de la sala de la corte a su alojamiento. Pero hubo una marcada diferencia en su comportamiento en la presente ocasión.

 Personas de renombre, entre ellas el confesor del emperador, que era originario de España, reconocieron que hasta entonces habían sido engañados.

Cuando Carlos pidió el consejo de la nobleza española que estaba presente, ellos respondieron, después de leer la confesión en una traducción francesa, que si Su Majestad la encontraba contraria a los artículos de fe, debía suprimir a los luteranos; pero si sólo requería la abolición de ciertas ceremonias y cosas por el estilo, no debía recurrir a medidas violentas contra ellos; y dieron como consejo que los puntos litigados debían someterse a algunas personas piadosas que no fueran adictas a ninguno de los partidos.

los españoles participaran en la escena. Compusieron un nuevo padrenuestro en verso, con el que cantaron una serenata a Su Santidad. La siguiente es una de las coplas, en alusión a sus pretensiones sobre Milán:

Padre nuestro en quanto Papa, Soys Clemeynte, sin que os quadre: Mas reniego yo del Padre, Que al hijo quita la capa. Dos Tratados, pág. 2 16. * Comentario de Buschingii, de Vestigiis Lutheranismi in Hispania, 2, no. (d.) Goetting. 1755. t Samtliche Schriften de Lutero, tomo. xv. pag. 2309. t Cristo. Aug. Salig, Confesión histórica der Augspurgischen, tomo i. pag. 225. Éste es el consejo del que habla con satisfacción IWelancthon en una carta a Lutero; (Epist. Melanch. lib. i. ep. 5.) y que es muy elogiado por Spalatinus. (Annales, pág. 143, 144.) " Pero ¿dónde se podían encontrar estas personas piadosas e imparciales?", dice Salig. (His tórica, ut supra, pág. 227.) II Véase más arriba, pág. 98.

  Alfonso Valdés, el secretario del emperador, de quien ya hemos hablado, hizo varias entrevistas amistosas y confidenciales con Melancthon en esta importante crisis. Leyó la confesión de Augsburgo antes de que fuera presentada a la dieta; y la única objeción que parece haber hecho fue que su lenguaje era demasiado severo para sus oponentes.*

En una de las conversaciones entre estos dos eruditos, celebrada en presencia de Cornelius Scepper, un agente del rey de Dinamarca, Melancthon lamentó los fuertes prejuicios que los nativos de España habían concebido contra los reformadores, y dijo que había intentado con frecuencia, tanto de boca en boca como por cartas, convencerlos de los conceptos erróneos bajo los que trabajaban, pero con muy poco éxito.

 Valdés reconoció que era una opinión común entre sus compatriotas que Lutero y sus seguidores no creían ni en Dios ni en la Trinidad, en Cristo ni en la Virgen; y que en España se pensaba que una acción tan meritoria era estrangular a un luterano como disparar a un turco. Añadió que su influencia se había ejercido para aliviar la mente del emperador de tales impresiones falsas; y que, en una entrevista posterior, había recibido el encargo de decir, que su majestad deseaba que Melanchton redactara un resumen claro de las opiniones de los luteranos, contrastadas, artículo por artículo, con las de sus oponentes. El reformador cumplió de buena gana con este requerimiento , y el resultado de sus trabajos fue comunicado por Valdés a Campegio, el legado papal.*

* Melanchthonis Epist. lib. iv. ep. 95 ; conf. lib. i. ep. 2, lib. iv. ep. 99. Valdés tradujo la Confesión de Augsburgo al español. (Salig, i. 224.) La misma tarea fue realizada posteriormente por Sandoval. (Fabricii Centif. Lutheran, i. 111.) Pero es probable que ninguna de estas traducciones fuera impresa. Ukert, Luther s Leben, i. 279.) t El siguiente es un ejemplo de la manera en que los poetas españoles solían unir a los reformadores con los peores herejes y los mayores enemigos de la religión:

El Germano Martín la despedaza:

Arrio, Sabelio, Helvidio y Justiniano Siguen de Cristo la homicida caza,

Calvino con Pelagio y el Nestoriano

 Como tras fiera van tras el a  casa:

Quien toma pierna o pie, quien brazo o mano:

Denuncia guerra Acab contra Miquea,

 Y Malco a Dios de nuevo abofetea.

 Francisco de Aldana,

Obras: Floresta de Rimas Antiguas Castellanas,

vol. i. pag. 180.

 

 

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