HISTORIA, PROGRESO Y SUPRESIÓN DE LA REFORMA EN ESPAÑA
SIGLO XVI.
THOMAS McCRIE,
D. D. PAUL T. JONES, AGENTE EDITORIAL. 1842
144-146
Juan Ginez de Sepulveda, que dice haber recibido los hechos de boca del terrible héroe de la tragedia, ha dado un relato de ellos tan completamente de acuerdo con el de Senarcle, que podríamos suponer que ha abreviado aquella obra, en el sentido de sustituir la atroz moral del fanatismo por los conmovedores sentimientos de amistad, caridad y piedad que impregnan toda la narración del historiador protestante.* Es humilde pensar que Sepúlveda fue uno de los prosistas más elegantes que se nutrían en aquella época en España .
Francisco Enzinas continuó residiendo en Lovaina después de la partida de su hermano a Italia. Pero, aunque vivía en buenos términos con los profesores de la universidad, su situación se volvía cada día más fastidiosa y dolorosa.
Entre los eruditos protestantes del vecindario con quienes mantenía correspondencia confidencial se encontraban Albert Hardenberg, predicador del monasterio cisterciense de Adwert, que, desde los días de John Wessel, el holandés Wicliffe, se había parecido más a una academia que a un convento; y el célebre noble polaco John a Lasco, que había abandonado su país natal por su apego a la fe reformada y había tenido un gran éxito en la difusión del conocimiento de la verdad en Frisia Oriental. Parece que los padres de Enzinas lo habían destinado al ejército, al que ahora se sentía decididamente reacio. En una carta a A. Lasco, que acompaña el regalo de una espada antigua y ricamente montada que había recibido de un noble, dice: "Todo el mundo, lo sé, se alzará en armas contra mí a causa de la resolución que, en oposición al consejo de algunos hombres dignos, he tomado ahora de dedicarme a la literatura. Pero no permitiré, por respeto al favor de los hombres, considerar la verdad injustamente, o tratar de manera indecorosa aquellos dones que Dios en su libre misericordia se ha dignado conferirme, indigno como soy. Por el contrario, será mi esfuerzo, según mi capacidad, propagar la verdad divina. Para poder hacer esto por la gracia de Dios, encuentro que será necesario para mí, en primer lugar, huir del cautiverio babilónico,
** * Joannis Genesii Sepulvedee Opera, torcido. ii. p. 127-132. Matriti, 1780, 4to.**
y retirarme a un lugar en el que pueda cultivar libremente la religión pura y el verdadero cristianismo, junto con estudios liberales. Por lo tanto, es mi propósito recurrir a Wittenberg, porque esa ciudad contiene una abundancia de profesores eruditos en todas las ciencias, y tengo tan alta estima por el conocimiento, juicio y destreza en la enseñanza que posee Philip Melancthon en particular, que iría al fin del mundo para disfrutar de la compañía e instrucciones de tales hombres. Por lo tanto, le ruego encarecidamente que, como su nombre tiene gran peso, tenga la bondad de favorecerme con cartas de presentación para Lutero, Felipe y otros hombres eruditos en esa ciudad."* En consecuencia, hizo una visita a Wittenberg, donde fue recibido calurosamente por todos, y especialmente por el individuo por el que había expresado tan alta veneración. Pero regresó a los Países Bajos, probablemente por consejo de Melancthon, para trabajar en una obra que prometía ser del mayor beneficio para su país natal: la traducción del Nuevo Testamento al idioma español.
Aunque España era la única nación que en ese momento no poseía las Escrituras en lengua vulgar, no siempre había padecido esa deficiencia. En el año 1233, Juan I de Aragón, por un edicto público, prohibió el uso de cualquier parte del Antiguo o Nuevo Testamento en lengua vernácula, y ordenó a todos, ya fueran laicos o clérigos, que poseyeran tales libros, que los entregaran a sus ordinarios para que fueran quemados, bajo pena de ser considerados sospechosos de herejía. t
Por otra parte, Alfonso X de Castilla hizo que las Sagradas Escrituras se tradujeran al castellano, con el fin de mejorar la lengua nativa de su pueblo; y una copia de esa traducción, ejecutada en el año 1260, aún se conserva en manuscrito.*
** * Franciscus Dryandcr Joanni a Lasco Baroni, Lovanii x. die
Mail 1541 : Gerdcsii Hist. Reform,
tor. iii. append,
no. vii. Conf.
Epista. Selectores,
pág. 58.
t Du Cange, Glossarium, contra Romancium. Constitutiones
Jacobi regis Aragonum adversus Hcereticos: Martene et Durand, Veter. Guión,
et Monum. Historia. Recoger,
roto. vii. pag. 123,
124. **
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