miércoles, 28 de agosto de 2024

CORNELIA - CARTA IX- 88-91

CORNELIA BORORQUIA

PARÍS

 EDICIÓN-1819

CARTA IX

88-91

Meneses al Gobernador

Sevilla, 4 de Abril.

Vuesta carta, amigo Gobernador, me ha conmovido sumamente. Considero vuestra lamentable situación y os compadezco; pero no por eso puedo aprobar que os abandonéis al dolor, porque la desesperación no remediará jamás vuestra suerte, y antes bien la hará más y más funesta. Vos tenéis talento, aprovechadlo.

Quizá el tiempo lo compondrá todo: tras un día anublado viene otro sereno. Nuestra vida es una enlazada cadena de regocijos y dolores.

 Es menester saber sufrir y ser superior a todas las desgracias que nos pueden sobrevenir en la vida.

Este es el único fruto que un caballero ilustrado debe sacar de sus estudios y de su educación.

No hay duda que la traición del Arzobispo de Sevilla os debe haber sido muy sensible; pero ¿estaba en vos el poder adivinar sus horrorosas intenciones?

El hombre desfigura tan a lo vivo sus sentimientos, que no es fácil poder penetrar su falsedad; y si un accidente viene tal vez a descubrírnosla, nos quedamos casi atónitos y pasmados sin poder volver en nosotros, sino a fuerza de reflexión, del primer movimiento de sorpresa que nos ha sobrecogido. ¡Ah, si pudieran desdoblarse los pliegues del corazón humano! Entonces es cuando la vista podría distinguir claramente en los contornos sinuosos de este enmarañado laberinto los destrozos del odio, los transportes de la ambición, los efectos de la lujuria, el fanatismo de la avaricia, los proyectos de la fortuna, las tramas de la envidia, etc., etc. Tal sería el espectáculo del Vesubio, si llegaran por casualidad a abrirse sus entrañas: él presentaría a la vista curiosa y pasmada las hornazas en donde se acumulan, fomentan y elaboran los ardientes manantiales de sus erupciones.

Pero al fin Cornelia es inocente, y tarde o temprano se ha de saber la verdad, a pesar de los esfuerzos que puedan hacer ya el Arzobispo y ya sus colegas los inquisidores para ocultarla.

La infamia que se os puede seguir de su prisión es un fantasma del que os dejáis fascinar ligeramente.

 Un hombre sabio y razonable conoce la crueldad e injusticia de la Inquisición y jamás aprueba sus atropellamientos y vejaciones, antes bien los vitupera en secreto.

 Un

reo del santo, o por mejor decir, del infernal oficio, es siempre a los ojos de las personas sensatas una desventurada víctima sacrificada o al furor, o al interés, o a la ambición de unos hombres que son el azote de la humanidad y la deshonra de la religión.

En orden a nuestro Vargas, os participo con el mayor gusto su notable mejoría. Un cirujano inglés que ha hecho mil prodigios en esta ciudad,  tomó por su cuenta la cura, y efectivamente ya le ha puesto fuera de peligro21.

Luego que recibí vuestra carta, pasé al instante a su casa a cumplir vuestro encargo y a participarle el paradero de Cornelia.

¡Oh qué viva impresión produjo

en su alma esta novedad! Sin embargo tiró a refrenar y reprimir al principio su sentimiento, pero la fuerza de su ternura y sensibilidad destruyó al fin su constancia; bien así como un furioso huracán agita insensible y lentamente los árboles más gruesos, y a pesar de su

resistencia viene últimamente a descuajarlos y derribarlos a tierra de una vez.

«¡Pobre niña! —decía—: más valiera que hubiera caído en las garras de las bestias feroces, que no en poder de esta maldita canalla. ¡Ah! Su padre no, no me ha ofendido, se engañó... y no es extraño: yo se le perdono todo y anhelo más que nunca su amistad».

Dicho esto, me rogó que le dejara solo algunas horas, porque iba a escribir a su hermano el inquisidor que se halla actualmente en una quinta poco distante

de esta ciudad. Yo condescendí a sus ruegos, y habiendo vuelto después 22, me dio copia de la carta que escribe a su hermano, la leí, y pareciéndome algo descabezada, le aconsejé modificar varias expresiones; pero él persistió en que había de enviarla según se hallaba, sin quitar

ni un punto ni una coma. Hoy mismo sale para la quinta del Conde. Quizá el campo le distraerá alguna cosa.

Presumo que se verá allí con una dama de distinción que ha tomado con el mayor interés la causa de Cornelia y que nos ha prometido de todas veras hablar sobre el asunto al Arzobispo. El resultado de la conferencia no puede menos de sernos favorable, por cuanto dicha dama está íntimamente ligada con aquel prelado.

Ya me dirá algo Vargas, pues va allá únicamente con el designio de saber la respuesta. Este joven está violento, y no es posible poderos pintar la sensación que le ha causado la desgracia de vuestra hija: la imposibilidad de no poderla socorrer es un agudo puñal que despedaza sin cesar su corazón23.

Quedo en avisaros de todo lo que ocurra, y haré todo lo posible para hacer una escapatoria y abrazaros

 

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