EMERGENCIA» «!DETENGASE! -
EL ANGEL Y LA LOCOMOTORA-** CASO REAL**
William «Bill» Henry estaba en la válvula de paso de la máquina de vapor del Búfalo Volador, PG-16.
La locomotora de vapor se había detenido en el Puerto de Pennsylvania para llenar sus tanques con agua.
El expreso nocturno estaba a la velocidad máxima justo sobre Shickshinny, donde comienza la región minera, cuando el ingeniero fue sorprendido al ver a un hombre sobre la trompa de la locomotora. Bill miró maravillado mientras el hombre se movía confiadamente hacia adelante sobre la caja de vapor. Mientras que el extraño personaje se sostenía con la mano izquierda, con la derecha daba las claras señales ferroviarias:
«CUIDADO». «¡DETENGANSE»
Bill llamó a Hank Sulenk, el bombero:
—¡Hank! ¡Parece que tenemos un pasajero!
Hank miró hacia afuera y dijo:
—Probablemente un vagabundo que se subió al tren en el Puerto.
El misterioso hombre se subió al pasadizo que va desde el frente de la máquina hasta la cabina, y desde allí adelante nos daba las típicas señales en el idioma ferroviario, que con ademanes nos alertaba:
El maquinista observaba fascinado.
El tren estaba corriendo a todo vapor.
El movimiento hacia adelante de la máquina creaba un fuerte viento, sin embargo este hombre estaba caminando hacia la cabina sin dificultad.
También era extraño en sus ropas.
Estaba vestido con un traje gris oscuro y llevaba un suave sombrero de Fieltro, pero el viento no movía su ropa, y su sombrero de Fieltro no se movía de su cabeza.
A medida que se acercaba, Bill Henry podía verlo con claridad.
El hombre tenía un bigote marrón claro, pero fueron sus ojos los que Bill nunca podría olvidar; parecían estar llenos de compasión y admiración.
Ahora el extraño pasajero cambió la señal para que se entendiera:
«EMERGENCIA»
«!DETENGASE!»
El maquinista soltó la válvula de paso de la máquina, puso todos los frenos, y el Búfalo Volador hizo un fuerte frenazo.
Bill Henry silbó para alertar a los ayudantes abanderados, quienes inmediatamente cumplieron con el procedimiento de emergencia; de colocar las banderas sobre los rieles para avisar a otros trenes que había una locomotora detenida. Un abanderado fue hacia atrás para poner sus banderas de aviso, mientras que el maquinista observó a otro abanderado yendo de prisa a colocar sus banderas al frente del tren. Atravesando la oscuridad, Bill vio al abanderado detenerse a poco más de cincuenta metros adelante y, haciendo señas con su linterna:
«¡HUNDIMIENTO!»
Cuando la tripulación corrió hasta el lugar, encontraron un agujero profundo en el lugar donde antes habían estado los rieles del tren.
Dándose cuenta lo cercano que habían estado a la muerte, la tripulación corrió de regreso para darle las gracias al misterioso pasajero.
El había desaparecido tan misteriosamente como había aparecido, y nunca se lo encontró .
Bill Henry pocas veces habla sobre el misterioso pasajero en el Búfalo Volador, pero cuando lo hace, siempre deja que los que le escuchan decidan quién era el hombre del traje gris.
Sin embargo, él no tiene dudas; el estaba seguro que «el hombre» era un ángel de Dios.
UN SUSURRO DE ANGELES
Por Marilynn Carlson Webber y William D. Webber
Relatos acerca de ángeles de la vida real y de las Escrituras.
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