El delito que se refiere en el libro y se atribuye al Arzobispo de Sevilla, todo ello lo tengo por
una ficción fraguada por un malévolo con la perversa intención de infamar por este medio a un Prelado de la Iglesia y al mismo desacreditar con este pasaje o hecho los justísimos procedimientos del St.° Oficio. Algunas cosas había que notar en el expresado libro pero basta lo dicho para que se mande recoger sin dilación ninguna.”
El otro censor coincidia totalmente con este analisis.
Tambien el consideraba ≪blasfemia heretical, injuriosa a la misma Virgen aquello de [...] la mas amable, la mas inocente de las mujeres≫.
Igualmente era todo el libro ≪pestifero, por ser todo el sedicioso e injurioso al Tribunal Santo de la Fe, y a sus Ministros, y modo recto de proceder, al Senor Arzobispo que dice de Sevilla, y llamar a dichos senores con varios nombresinfames para ridiculizar al Santo Tribunal y su modo
de proceder≫.
Y tras apuntar unas cuantas ≪blasfemias hereticales≫ y ≪proposiciones impias, mal sonantes, escandalosas y aun paganas ≫ concluia, como su companero, salvo meliori judicio,
que era necesario prohibir totalmente la obra examinada.
El II de setiembre, despues de leer las dos censuras de los calificadores, el Fiscal del Tribunal de Logrono exponía un parecer semejante y, ≪estando en su Audiencia de la mañana, el Senor Inquisidor Licenciado Don Joseph Ignacio Austolegui que —segun precisaba— asistia solo, formulo esta sentencia: Digo que se prohíba in totum aun para los que tienen licencia».
Se transmitio el dossier al Consejo, que manifesto su conformidad el 19 de setiembre de 1802 14. Si los Inquisidores de Logrono hubieran estado un poco mas al tanto de las decisiones de sus colegas de la Suprema, se hubieran ahorrado todo este trabajo. En efecto, el 9 de enero del mismo ano 1802 y ≪cumpliendo con el Decreto del 4 del Corriente≫, el Revisor General ya habia examinado Bororquia o la víctima de la Inquisición y habia ≪encontrado que es una novela dispuesta en forma de cartas y destituida de todo asomo de verosimilitud≫. Pero, conforme con la opinion de Juan Antonio Llorente (para quien los calificadores de provincias solian ser unos ignorantes mientras que los de Corte mostraban mayor talento e instrucción 15), iba derecho al grano y, sin parar mientes en niñerías, subrayaba el caracter revolucionario de la obra. Dentro de su optica, la conclusion a que llega es de una extraordinaria
lucidez:
Los Inquisidores, Señor, y Ministros del St.° Oficio tenemos muchos motivos para consolarnos en medio de tan groseras calumnias
si reflexionamos que el Autor de ellas es también enemigo declarado de nuestra Religión y del Orden Social, no pudiendo dudarse que nos haría el honor de encarnizarse cruelmente contra nosotros, si no estuviese persuadido de que contribuíamos por nuestra parte al mantenimiento de celestiales dones.
Y anadia luego:
****14 AHN, Inquisicion, 4492, exp. 12.
15 Juan Antonio Llorente, Apologia catolica del proyecto de constitucion
religiosa escrita por un Americano, París, Imprenta de Moreau, 1821,
p. 69.****
En toda la obra hay repetidas pruebas de su espíritu impío y antisocial.
Dos dias despues, el 11 de enero de 1802, la Suprema decretaba la sentencia: prohibicion in totum 16.
El Tribunal de Valladolid, en cambio, estaba mas atento a las decisiones de la Suprema que el de Logroño, puesto que el 10 de junio de 1802 ponia en conocimiento de esta ultima
que ≪el libro intitulado Víctima de la Inquisición, conocidamente calumnioso al Santo Oficio≫, le habia sido mandado de Gijon donde se le habia incautado a ≪un comerciante llamado Beranes, quien dice lo habia comprado en Bayona de Francia≫. El Tribunal de Valladolid habia ≪mandado se le examine en forma bajo de juramento, cuando lo compro, con que motivo y si sabe que otra persona haya comprado o lo tenga de los residentes en España≫. A continuacion pedia ordenes a la Suprema para que ≪se sirva determinar lo que [...] juzgue conveniente≫.
Esta es, desgraciadamente, toda la informacion de que disponemos sobre este asunto17. Bororquia o la víctima de la Inquisición fue, pues, en buena logica, totalmente prohibida, incluso para los que tenían licencia —edicto del 25 de marzo de 1804— ≪n.° 8, clase
1.a≫. Una condena tan tajante debio obviamente aumentar el interes por su lectura.
Las tres ediciones de que fue objeto, entre 1801 y 1804, evidencian de todos modos un exito notable. Incluso en Francia la historia de la desgraciada Bororquia llego a interesar al publico galo, puesto que en 1809, con motivo de la celebración del triunfo (efimero) de Napoleon sobre los espanoles,
se represento en Paris una comedia: La Belle Espagnole ou l ’entrée trimphale des français à Madrid, que no dejaba de tener cierto parentesco con la novela. En efecto, no solo
*****16 AHN, Inquisicion, 4492, exp. 12.
17 Ibid.**********
su autor, Cuvelier de la Trie, exaltaba en ella el genio militar del Emperador, sino que justificaba la primera parte del titulo haciendo de Napoleon el salvador de la virtud de la heroína cuando esta, al igual que Cornelia Bororquia, iba a ser victima de la lujuria del Inquisidor General. (Este ultimo lleva
el simbolico nombre del personaje de Moliere: Tartuffos18
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