JUSTO RUFINO BARRIOS
UNA BIOGRAFÍA
Por PAUL BURGESS, A.B., B.D., Ph.D.
Autor de Los Veinte Siglos del Cristianismo, La Influencia de la Ciencia Exacta eobre el Concepto de Dios, Protestantismo o Espiritismo, etc., etc.
Este volumen está dedicado con cariño al reverendo E. M. Haymaker, D.D., misionero del Evangelio en Guatemala durante cuarenta años, quien me contó por primera vez la historia de Barrios y me enseñó a estudiar su genio en el contexto de su herencia social
14-18
Por muy diversos que sean los ideales y las prácticas de los pueblos de América del Norte y América Central, cada uno de ellos tiene héroes nacionales en torno a los cuales se agrupan estos ideales y cuyos actos sirven como precedentes en la vida pública. Barrios ocupa en Guatemala el lugar de estima popular que Lincoln ocupa en los Estados Unidos. Sin duda, ambos hombres han quedado parcialmente envueltos en ciertos elementos mitológicos en la imaginación popular, pero incluso éstos no carecen de valor, pues conocer a los héroes de un país es conocer a sus habitantes y conocer es entender y apreciar.
Este libro está escrito con la esperanza de que pueda ayudar a los norteamericanos a conocer mejor y, por lo tanto, comprender y apreciar mejor a sus vecinos del sur. No todos nuestros problemas humanos se resuelven con nuestra comprensión mutua, ni siquiera con nuestra apreciación mutua, pero cualquier solución permanente requiere estas cosas para construirse. Y por eso, como dicen los españoles, traigo mi granito de arena para ayudar a poner los cimientos del gran palacio de una América que, con todos sus componentes unidos armoniosamente, se presentará ante el mundo como la encarnación de los principios de la libertad y la democracia.
Paul Burgess.
Quezaltenango, 30 de junio de 1921.
INTRODUCCIÓN
UNA PALABRA SOBRE NUESTRAS FUENTES DE INFORMACIÓN
No debería ser una tarea difícil escribir la biografía de un gran hombre que aún no ha muerto hace cuarenta años, muchos de cuyos amigos y parientes todavía están vivos y cuyos documentos públicos están disponibles para cualquiera que se tome la molestia de buscarlos.
Tampoco hemos considerado una tarea difícil reunir la información contenida en esta obra. Ha sido un trabajo agradable de principio a fin.
Pero no ha estado completamente libre de obstáculos. La propia fama del hombre que estamos describiendo ha hecho que se acumulen en torno a él muchas historias de carácter legendario. Muchos de estos relatos pueden tener cierta base en hechos y otros pueden describir al hombre con tanta veracidad como si fueran verdaderos.
Es muy difícil para el hijo de otra generación y otra raza juzgar estos relatos con imparcialidad. Nuestra política es reproducir aquellos que parecen armonizar con los hechos conocidos, sin garantizar al mismo tiempo su autenticidad. Esperamos que no distorsionen nuestra visión del hombre.
Otro obstáculo para que alcancemos la verdad completa en relación con el tema de nuestro estudio es el intenso sentimiento partidista que provoca cualquier mención de él. Esto ha hecho que prácticamente todo lo que se ha escrito sobre él tenga un sesgo partidista.
Fue y sigue siendo hoy el ídolo del partido liberal, mientras que para los conservadores es el objeto del mayor aborrecimiento. Es muy difícil escapar de este sesgo partidista.
Aquí esperamos que el hecho de que somos de una generación diferente y de otra raza sea de alguna ayuda, aunque somos libres de reconocer que, al leer los escritos primero de un partido y luego del otro, oscilamos entre llamar a Barrios un Reformador y un Tirano, un Demonio Encarnado y un Heraldo del Progreso.
XVI INTRODUCCIÓN
Afortunadamente, nuestra tarea no es tanto la de emitir un juicio moral sobre sus actos como la de descubrir cuáles fueron realmente, y para este propósito los escritos partidistas no son tan malos, ya que cada lado tiende a enfatizar lo que el otro minimiza y afirma lo que el otro omite afirmar; de modo que entre los dos podemos reunir una colección bastante completa de hechos.
Una fuente de información muy fértil para nosotros ha sido la charla de ancianos que todavía viven hoy y que conocieron personalmente a Barrios. Cuando acudimos a ellos con el propósito de entrevistarlos, con papel y lápiz en la mano, nunca llegamos muy lejos. Pero cuando Barrios surge en una conversación general y los viejos tiempos vuelven a la memoria, el espíritu que entonces nos movía se despierta de nuevo y sentimos el hechizo del Reformador sobre nosotros. Hay que tener en cuenta los lapsos de memoria y ciertos embellecimientos en el relato, pero aunque los detalles no siempre sean correctos, estas personas mayores seguramente nos dan una imagen verdadera del hombre Barrios. Entre ellos, debe mencionarse a don Isabel López, de quien hemos tenido muchos detalles con respecto a la infancia y juventud de Barrios. La última vez que hablamos con él tenía ciento un años. Era un hombre adulto cuando nació Barrios y un vecino observador de la familia Barrios en San Lorenzo
. A pesar de sus años, recuerda claramente muchos incidentes de interés en los días de juventud del Reformador. Otras personas mayores que nos han dado muchos detalles con respecto a Barrios son Nacario( Nazario) Rivera, quien accidentalmente escapó de ser ejecutado con otros conspiradores; el general Socorro de León, oficial del ejército libertador y jefe político de Suchitepéquez bajo Barrios; Manuel Aparicio, cuñado de nuestro héroe; Mariano de León, un primo; Basilio Fuentes, un soldado del ejército libertador; Elías Sapon, un miembro de la guardia personal de Barrios, y una multitud de otras personas, tanto hombres como mujeres, cuyas vidas tocaron la de Barrios en algún momento u otro y que tienen algo interesante que contar sobre él en consecuencia. Volviendo ahora a las fuentes escritas de información,- INTRODUCCIÓN XVII- debe hacerse mención de las biografías en primer lugar.
Éstas son pocas y muy incompletas. La primera escrita antes de la muerte de Barrios (ver página 46) es de Magín Llaven, aparentemente un español empleado en una de las escuelas de Guatemala fundadas por el Reformador. Esta biografía es parte de un libro de lectura de escuelas preparado por Llaven. La biografía contiene sólo veinte páginas, en gran parte compuestas de frases pomposas y halagos exagerados. Hemos separado unos cuantos granos de trigo del montón de paja que contiene esta biografía, pero estamos preparados para que nos digan que incluso ese trigo es cizaña.
En segundo lugar, cabe mencionar la Biografía de Justo Rufino Barrios, de Andrés Téllez. El autor* fue militar y compañero constante de Barrios durante toda su carrera pública. Escribe en un estilo claro y directo, y aparentemente cuenta las cosas como las vio y como las escuchó. Su franqueza al decir todo sin reservas impidió que su libro se publicara. Estaba a mitad de su impresión cuando el gobierno de Cabrera se enteró de la naturaleza de su contenido y ordenó destruirlo.
Uno de los impresores empleados en su montaje logró rescatar dos o tres copias de las hojas impresas hasta ese momento y las hizo encuadernar. Una de estas copias incompletas llegó a manos del Lic. Buenaventura, de la ciudad de Guatemala, quien muy generosamente permitió al autor de estas líneas leerla.
En la medida en que describe lo que él mismo vio y escuchó, consideramos a Téllez digno de confianza. Le debemos la mayor parte de los detalles de la campaña de liberación, tal como se describe en esta obra.
Otra obra igualmente valiosa es la de Rafael Meza. Aunque no es una biografía en sí, expone con mucho detalle el último mes de la vida de Barrios, cuando Meza era su secretario. Se llama Centro América, Campaña Nacional de 1885.
Meza parece estar dominado por un deseo de decir la verdad, aunque ésta menosprecie a su héroe. Tomó amplias notas con respecto a los eventos que presenció, en el momento en que ocurrieron, y estas le sirvieron como base para su historia. ´-xviii INTRODUCCIÓN- Consideramos a Téllez y a Meza testigos de primera clase, hombres directos que dijeron toda la verdad, y ambos testigos oculares y participantes en los eventos que describen.
La obra de Jesús Carranza es decididamente inferior a éstas, tanto porque Carranza no fue testigo ocular de lo que describe como porque está totalmente bajo la influencia de su parcialidad partidaria. De hecho, no pretende que su obra sea otra cosa que una defensa del liberalismo histórico centroamericano. Sin embargo, su obra es la única existente que puede incluso ser llamada, aunque sea por disculpa, una biografía completa. Tiene ciento treinta y dos páginas y se titula Algunos datos o referencias para la Biografía del Benemérito General J. Rufino Barrios, 1901. Aunque la mayoría de las fuentes en las que se basa Carranza están disponibles para nosotros, algunas no lo están, y su obra contiene mucho material valioso. Está agotado hoy y estoy en deuda con el Ing. Víctor M. Argueta por el uso de su copia en la preparación de este libro.
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