INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA ESPAÑOLA
EN LA REPÚBLICA AMERICANA
DE GUATEMALA
FREDERICK CROWE
LONDRES, 1850
352-355
"Una de nuestras ancianas miembros [una hermana negra llamada Elizabeth] tiene la costumbre frecuente de sentarse en el centro mismo del mercado con una canasta de tratados, Escrituras y libros útiles para vender.
Encuentro que ella me brinda más acceso a los españoles [centroamericanos] que cualquier otro medio.
Su paciencia en medio de tanto desprecio es a menudo admirable; y algunas de las personas más respetables que la conocen tienen la costumbre de arrojar una moneda de cinco peniques (nuestra moneda corriente más pequeña) en su canasta al pasar, ya que saben que no obtiene ganancias con sus ventas y no tiene reparos en aceptarlas".
Las visitas que el Sr. Henderson hacía ocasionalmente a las orillas del río Belice, habrían sido más frecuentes si sus manos hubieran estado menos ocupadas en ministrar a la iglesia, dirigir las escuelas diurnas y otros deberes importantes en Belice, o incluso si su salud hubiera sido más robusta. Sin embargo, la buena semilla sembrada entre los trabajadores de las plantaciones o bancos más cercanos comenzó a brotar.
En este departamento de trabajo, había sufrido una decepción en el pueblo más grande y más accesible llamado Burrell's Bank, o el Boom.
Cuando los misioneros wesleyanos, con un amplio campo por delante, abrigaron la esperanza de que estaba a punto de cosechar los primeros frutos de esos esfuerzos con la formación de una pequeña iglesia allí, decidieron pisarle los talones y, al obtener cierta influencia sobre algunas de las personas más importantes, erigieron de inmediato un lugar de culto, del que su hermano bautista quedó virtualmente excluido.
Ante este giro de los acontecimientos, el Sr. Henderson dirigió su atención más particularmente a un lugar más pequeño llamado Bakers' Bank, algunas millas más arriba del río, donde "había lugar", y de vez en cuando todavía llamaba al Boom cuando pasaba.
El señor George Tillett, criollo de Belice y propietario de Bakers', solía reunir a su familia y a las personas a su servicio para escuchar la predicación de la palabra, y siempre daba una recepción cordial y una pronta atención al misionero.
Después de algunas de esas visitas, el señor Tillett propuso que se erigiera un edificio para las reuniones, para lo cual generosamente dio "un amplio espacio de terreno, la estructura de una casa, de 30 pies por 20, con techo, y amablemente brindó todas las facilidades posibles".
La gente también contribuyó con sus pequeñas contribuciones. Otro amigo dio cuatro ventanas de vidrio; un tercero, 500 pies de tablas y 50 libras de clavos, y otros, que no podían dar nada más, contribuyeron libremente con su trabajo, de modo que pronto se erigió una pulcra estructura de madera, cubierta con paja de laurel, en un alto terraplén natural del río.
Debido a la lucha tácita que lo había llevado a esta estación más remota, y para señalar la ampliación que Dios le había concedido en este lugar, "por el cual no lucharon", el Sr. Henderson lo llamó Rehoboth.
**** "Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, pero no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot (que significa espacio); y dijo: Porque ahora Jehová nos ha ensanchado, y fructificaremos en la tierra."—Gén. xxvi. 22. ■t "Baptist Magazine" de 1840, pág. 493.***
* De hecho, ya ha demostrado ser una fuente de aguas vivas, y en las horas de reunión del día del Señor, cuando una pequeña campana convoca a la gente, ahora es habitual verlos partir en sus botes desde la orilla opuesta, y toda la superficie del río pronto se sembrará de botes y fosos llenos de personas y sus niños, que han venido de arriba y de abajo del río. recodo del río en el que se ve a Rehoboth. Todos ascienden gradualmente por la orilla inclinada para mezclarse en la casa sin adornos con los habitantes de Baker's y la cresta de pinos, y para escuchar la Palabra de Dios de los labios de un maestro nativo o del misionero extranjero.
La inauguración de este edificio el 1 de julio de 1840 fue, por varias razones, una ocasión alegre para muchos de los presentes, y su recuerdo está impregnado de recuerdos placenteros.
Aunque en ese momento quedaba un saldo de alrededor de 100 libras esterlinas en la construcción, la iglesia y los amigos lo liquidaron todo en el lugar y el único cargo que ocasionó a la sociedad por su construcción fue una tarifa de diez chelines por colocar legalmente la concesión del Sr. Tillett en los registros del Settlement, a nombre de la sociedad. f
Una circunstancia acompañó la construcción de Rehoboth que es digna de ser recordada.
El carpintero empleado en su construcción era el marido impío de una querida discípula, que había sufrido mucho a causa de sus hábitos confirmados de embriaguez.
Más de una vez lo habían encontrado tirado en zanjas y en las calles de Belice en un estado de brutal insensibilidad, y aunque podía ganar altos salarios en su oficio, su esposa y su numerosa familia sentían con frecuencia el aguijón de la pobreza, además de la desgracia que su conducta les acarreaba. Sólo unos meses antes, había pasado una noche en confinamiento en la sala de guardia de la milicia junto con el hermano que se negó a recibir entrenamiento, pero el cabo Braddick fue arrestado, no por ningún escrúpulo de conciencia, sino por embriaguez y por abandonar su puesto, por lo que fue privado de sus galones.
Incluso en un lugar donde la intoxicación es, ¡ay!, tan común, este hombre era conocido por el nombre de "Braddick el borracho". Fue principalmente por consideración a su esposa y su familia que el Sr. Henderson lo había contratado.
En la casa de Baker, el carpintero intemperante no podía conseguir libremente el licor que lo estaba destruyendo, y tuvo que pasar muchas largas noches con sólo uno de sus hijos en la casa solitaria que estaba construyendo.
En las horas de serena reflexión que así se le impuso, los errores, el ejemplo y las advertencias de su esposa le vinieron vívidamente a la mente, y en respuesta a las oraciones de ella, estos pensamientos produjeron una impresión tan profunda que, después de la apertura de la reunión de Rehoboth, regresó a Belice en busca de la salvación de su alma. Jesús como el sustituto del pecadorC ; Cristo como el gran sacrificio expiatorio por el pecado; Jesucristo como la causa y el medio que procura el favor de Dios y la vida eterna, fueron depositados en él y recibidos por él como su única esperanza
. Era un hombre cambiado. No sólo abandonó inmediatamente sus anteriores hábitos, sino que se entregó al pueblo de Dios y a la obra del reino, y gradualmente aprendió a ejemplificar las mismas virtudes y deberes que se oponían más directamente a sus vicios y desórdenes anteriores.
También experimentó el contraste entre la perfecta libertad del servicio de Cristo y la cruel servidumbre de la esclavitud de Satanás, y se convirtió en un monumento para otros del poder del Evangelio, de la misericordia y bondad de Dios, e incluso de las ventajas temporales de una vida santa.
Después de diez años de sobria laboriosidad, el Sr. George Braddick se ha convertido en un miembro útil y muy respetado de la comunidad; su numerosa familia ha sido criada con honor para él y su esposa, y con consuelo y bendición para sus hijos
Su negocio ha prosperado y se ha extendido, de modo que ha ocupado un lugar entre los primeros maestros carpinteros y constructores de casas, y ejecuta los contratos públicos y privados más extensos, y la vieja casa en la que él mismo residía ha dado lugar a una vivienda sustancial y cómoda.
En la iglesia, el hermano Braddick ha sido un miembro constante y activo.
Mucho antes de que Dios le concediera la prosperidad temporal de la que ahora disfruta, fue elegido diácono; habiendo sido primero "probado" y "hallado irreprensible" en cuanto a las calificaciones requeridas para ese cargo; siendo "serio, sin doblez, no dado a mucho vino, no ávido de ganancias deshonestas, y guardando el misterio de la fe en una conciencia limpia
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