INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA ESPAÑOLA
EN LA REPÚBLICA AMERICANA
DE GUATEMALA
FREDERICK CROWE
LONDRES, 1850
303-307
La falta de facilidades para la comunicación con el interior se ha dado como razón para que haya ferias provinciales periódicas, en las que se reúnen miles de personas.* Combinado con sus negocios está el culto a los santos patronos del lugar, o más bien a su imagen, algunas de las cuales se supone que poseen virtud curativa.
Uno de los puntos centrales más atractivos e importantes es el de Esquipulas en la provincia de Chiquimula, una ciudad fronteriza de los Estados de Guatemala y Honduras.
En este lugar hay una imagen del Crucificado, que goza de la más alta reputación de todas en el país por realizar milagros, y se llama "Nuestro Señor de Esquipulas". f Fue tallada en ébano en 1595 por Quirio Catano, un artista de gran reputación.
A esta diminuta imagen negra se hacen a menudo peregrinaciones desde grandes distancias; su fama se ha extendido incluso a los Estados mexicanos; y el 15 de enero todavía hay de diez a veinte mil devotos reunidos en su santuario, muchos de los cuales están mutilados o enfermos, y son traídos con la esperanza de*** * Véase página 55. Nuestro Sennor de Esquipulas.
304 EL EVANGELIO EN CENTROAMÉRICA.
ser curados. El edificio donde se conserva se considera suntuoso y se distingue como "El Santuario". En las paredes de este edificio hay representaciones burdas de los milagros que supuestamente se han realizado allí, cuyo número aumenta cada temporada. Está ricamente adornado con los regalos de los fieles, que consisten en modelos de miembros, etc., en metales preciosos, y otras muestras de gratitud, de aquellos que imaginan haber recibido beneficios de la imagen. Durante todo el año, pero especialmente en tres períodos señalados, grupos de peregrinos, que se dice que suman en conjunto 100.000 personas, viajan a pie desde todas partes hacia esta maravillosa pieza de ébano. A cierta distancia del Santuario, hay una roca llamada la piedra danzante*, sobre la que los peregrinos creen que hay alguna ventaja en hacer cabriolas más o menos antes de seguir adelante. Varios viajeros han descubierto las maravillas del lugar.
**** *La Piedra de Bailar. t "El siguiente relato de uno de los supuestos milagros obrados por la imagen me lo dio Don Manuel Zapata, un caballero tan confiable como cualquier otro en América Central, y bien conocido por todas las personas que han residido en el Estado de El Salvador. Habiendo ido, con otros, a la gran feria anual, celebrada en una de las festividades del santo, el 6 de enero de 1824, y habiendo entrado en el cuerpo de la iglesia en medio de una inmensa multitud de personas, después de haber esperado algún tiempo y haber visto algunos milagros menores de carácter más bien equívoco realizados, vio que traían a un hombre que parecía ser un objeto deplorable, con las piernas y los brazos torcidos hacia arriba, y todo su cuerpo deformado de una manera horrible. Lo colocaron delante de la imagen y exclamó con voz hueca: "He venido más de cien leguas para ver a nuestro Señor de Esquipulas, y nunca me iré hasta que me haya curado". Esto lo repitió varias veces., cuando de repente dio un salto, y pareció sanar en un momento; su cuerpo se enderezó, sus piernas y brazos recuperaron su posición [natural] anterior, y se paró ante la imagen como un hombre robusto y sano. Al completarse este maravilloso milagro, los músicos que estaban presentes comenzaron a tocar una melodía de baile; se recolectaron grandes sumas de dinero para el santo y el sujeto del milagro, y los pintores que estaban presentes comenzaron a pintar copias del mismo para vender. Don Manuel me dijo que, aunque antes había tenido fuertes dudas sobre la autenticidad de los milagros y todo lo demás perteneciente al sacerdocio, no podía contradecir ni negar lo que parecía, sin duda, ser una curación milagrosa
A la mañana siguiente tuvo que abandonar Esquipulas; y en los suburbios de la ciudad se encontró con un caballero montado en una mula muy fina, con una hermosa silla de montar y arreos mexicanos. Se saludaron según la costumbre del país y entablaron conversación.
El extraño le dijo que había estado presente en la vergonzosa farsa del día anterior; que conocía bien al hombre en quien se había obrado el supuesto milagro; que era un conocido ladrón que vivía cerca del río Paz; y que había querido aprehenderlo como criminal e impostor, pero que los sacerdotes no lo permitieron, ya que decían que todo lo que había hecho era para la gloria de Dios; y que aprehenderlo dañaría la fama de nuestro Señor de Esquipulas."— Dunlop's Travels, p. 345.*****
DEVORADOR DE TIERRA.
Uno de los resultados del culto al ídolo de Esquipulas no ha sido notado hasta ahora .
La mayoría de los visitantes de esta feria se ven inducidos a comprar, como una especie de monumento conmemorativo de la imagen, algunos medallones pequeños y toscos hechos de arcilla, que llevan su sello y las inscripciones adecuadas, que han sido bendecidas por el cura del lugar.
Al regresar a sus hogares, estos son entregados a sus hijos como algo sagrado y, por extraño que parezca, son frecuentemente comidos por ellos.
La consecuencia es que se provoca una extraordinaria pero incurable propensión a comer tierra, que gradualmente asume el carácter de un hábito, y continúa hasta que produce la muerte.
No es raro ver niños, e incluso adultos, de apariencia hinchada, con el vientre muy hinchado y la tez de un tono ceniciento o amarillento, que son víctimas de esta depravación.
El apetito antinatural así creado se alimenta a menudo arrancando yeso de las paredes de las casas y devorando artículos hechos de arcilla, ladrillos blandos o incluso vajilla.
Con el tiempo, se producen así la disentería y otros trastornos, que precipitan a las víctimas de la superstición a una tumba prematura. Los casos de este tipo no son en absoluto raros. Se dan tanto entre los ricos como entre los pobres.
El origen supersticioso al que se remonta aquí esta calamidad fue proporcionado al autor por una mujer nativa que había perdido a un pariente por esta causa.
Al mismo tiempo, se le dio un ejemplar de la tierra de Esquipulas, por medio de la cual su idolatría se convierte en una maldición física y moral.
El apelativo "Come tierra", o devorador de tierra, es una de las formas populares de abuso que los niños se dirigen entre sí.
El hecho de que la locura y la idiotez prevalezcan en una medida sorprendente, es algo que debe sorprender a todo residente extranjero, y que naturalmente conduce a una investigación sobre la causa.
En la ciudad de Guatemala, el número inusualmente grande de tales casos es palpable para el menos observador. Los ricos son los más expuestos a estas calamidades. Apenas pasa un año sin que algunos de los residentes más notables, comerciantes y otros, sean visitados por trastornos temporales y a menudo confirmados. Como no hay asilos ni manicomios, se los mantiene en casa, y junto con los idiotas se los encuentra constantemente. Apenas hay una familia notable que no tenga la humillante exhibición y la dolorosa carga de uno o más de estos objetos en sus propias casas.
Algunos de los casos más lamentables y repulsivos han llegado a conocimiento del propio autor, cuyo carácter poco delicado impide la publicación de sus enfermizos Más de una vez se le ha llevado a dudar de si la masa desorganizada de mortalidad que tenía ante él era en verdad la morada de un alma humana.
Los vestigios de la mente —incluso de una mente en ruinas— eran para él indiscernibles; y las funciones animales, sin inteligencia ni instinto, eran todo lo que se podía rastrear.
No hay duda de que la mayoría de los casos de locura o idiotez, si se descubrieran sus causas, se encontrarían originados en la inmoralidad, o en la falta de esa estabilidad y paz que sólo la verdadera religión puede brindar a la mente. No se niega que algunos casos, y quizás todos, pueden atribuirse a causas físicas. Pero ¿quién se aventurará a decidir en qué medida estos casos han sido afectados por influencias morales y religiosas?
La impresión que ha quedado en la mente del autor, al ver el lujo y la irreligión que frecuentemente rodean a los objetos lamentables a los que se hace referencia, ha sido que el Creador manifiestamente marca con Su desaprobación la negación de Sí mismo y el abuso de Sus bondades, y de inmediato pone una mano dura sobre el orgullo, los afectos naturales y los goces temporales de las criaturas que sistemáticamente convierten Su gloria en vergüenza.
Cualesquiera que sean las objeciones que se puedan hacer a este punto de vista, nadie que crea en la Biblia dudará de que cuando América Central sea cristianizada en el sentido propio del término, esas muestras domésticas del desagrado divino darán lugar a bendiciones sociales. "Porque la piedad para todo aprovecha, teniendo la promesa de esta vida presente", así como "de la venidera".
El suicidio es poco conocido en América Central.
En 1825, un caballero español que había huido de España tras la caída del partido constitucional y que estaba decepcionado de sus intereses políticos y comerciales en Guatemala, se atacó violentamente.
Cuando se supo del hecho, una multitud se reunió en torno a la puerta de su casa, donde, bajo la excitación del momento, la exclamación de un caballero nativo a otro fue:
—¡Hombre! Es una cosa horrorosa, es hecho de un protestante". Señor, es un caso horrible: es un acto digno de un protestante.—
A pesar de la proximidad de Honduras Británica, la impresión que hasta ahora se tiene de un protestante, que, por supuesto, se deriva de sus maestros religiosos, es del carácter más extravagante y ridículo.
Un judío, en las mentes de la gente ignorante, es algo parecido a un demonio, si no más temible; y un protestante es algo inferior y más peligroso que un judío.
Se les ha atribuido deformidad corporal, así como delincuencia moral, y alguna vez se tuvieron serias dudas sobre si un protestante podía o no comer sal.
También se los ha representado casándose sólo por períodos cortos, siguiendo el ejemplo de su digno fundador, el rey Enrique VIII. Desde 1825, cuando un número de extranjeros visitó Guatemala mayor que nunca antes, el número de extranjeros ha aumentado considerablemente y, como resultado, se han eliminado muchos prejuicios ignorantes sobre este tema.
Sin embargo, el comportamiento general de los visitantes o residentes anglosajones no ha sido tal que haya aumentado en gran medida el respeto de los habitantes por el protestantismo que profesan, por mucho que hayan corregido sus nociones más absurdas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario