lunes, 2 de septiembre de 2024

GUATEMALA- BIBLIA

EL EVANGELIO EN CENTROAMÉRICA;

FREDERICK CROWE

CONTENIENDO

UN BOSQUEJO DEL PAÍS, FÍSICO Y GEOGRÁFICO — HISTÓRICO Y POLÍTICO

— MORAL Y RELIGIOSO:

UNA HISTORIA DE LA MISIÓN BAUTISTA EN HONDURAS BRITÁNICA

 Y DE LA INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA ESPAÑOLA

 REPÚBLICA AMERICANA DE GUATEMALA

 " Y después de saludarlos, declaró particularmente lo que Dios había obrado entre los gentiles por su ministerio. Y cuando lo oyeron, glorificó al Señor."—Hechos xxi. 19-20.

WHIT A MAP COUNTRY

LONDON

CHARLES GILPIN, 5, BISHOPSGATE STREET WITHOUT

 EDINBURG : ADAM Y CHARLES BLACK. DUBLÍN

 J. B. GILPIN.

                                                    1850.        

London: Printed by Ste wart & Murray, Old Bailey

79-81

El peor rasgo de estas instituciones no es, sin embargo, la crueldad de su código penal, por bárbaro que pueda parecer a todos, sino más bien el marcado espíritu aristocrático al que se somete la poca sabiduría que encarnan, y que debe haberlos colocado como pueblo en la posición de meros siervos y vasallos de los ahuas o la nobleza. El esplendor de sus ciudades y la magnificencia de sus cortes tampoco pueden compensar los males que la esclavitud doméstica debe haber ocasionado, por no hablar de los estragos de la guerra y los aún más abominables concomitantes de su idolatría que deshonra a Dios. El mejor rasgo que hemos podido descubrir es uno que redunda en gran medida en su favor. Es la evidente importancia que atribuían a la instrucción de los jóvenes, tal como era. Tendremos ocasión de hacer referencia a algunos aspectos de esta práctica cuando tratemos de su condición actual.

 El fuerte testimonio del historiador sobre este tema es que, "en el cuidado y educación de sus hijos, se parecían a los lacedemonios, espartanos, cretenses y las naciones más refinadas del mundo. Tenían escuelas en todas sus ciudades principales, tanto para niños como para niñas; éstas estaban bajo la superintendencia de personas mayores y experimentadas". "j" Sin embargo, es importante y sumamente interesante, en relación con el supuesto origen judío de las naciones toltecas o quichés de las que hemos estado hablando, observar que, después de una cuidadosa investigación de sus registros, aunque los historiadores nativos no parecen haberlo notado, no parece que los sacrificios humanos fueran costumbre entre ellos. Esta horrible práctica estaba casi, si no totalmente, confinada a las naciones azteca o mexicana; y donde existía en los territorios que ahora comprenden América Central, parece haber estado confinada a aquellas tribus, no de la raza tolteca, que habían venido de los países más al norte. Algunas de éstas, como los pipiles, que se establecieron a lo largo de las costas del Pacífico, habían sido introducidas gradualmente en las tierras menos pobladas con el pretexto del comercio, con vistas a preparar el camino para la conquista de las naciones toltecas por Autzol, el octavo rey de México, quien, habiendo sido rechazado en intentos más abiertos de someterlos, trató de lograr su objetivo por medio de estratagemas.* En los pocos lugares donde Juarros habla de sacrificios humanos que se habían ofrecido a los ídolos Camanelón y Esbalanquén, fueron evidentemente perpetrados en distritos poblados de esa manera, y por otros indios que no eran de origen tolteca. Juarros, una vez más, sin saberlo, nos proporciona una fuerte evidencia presuntiva de que los sacrificios humanos no eran practicados de manera generalizada en Centroamérica.

 Al escribir sobre estos mismos indios pipiles, dice que, debido a su gran aumento, "los quichés y los kachiqueles comenzaron a temer que pronto se volverían lo suficientemente formidables como para asumir la soberanía del territorio que habitaban y, por lo tanto, buscaron toda oportunidad para oprimirlos. Los pipiles, por otro lado, no estaban menos decididos a preservar sus posesiones recién adquiridas y mantener el crédito de sus armas; en consecuencia, resolvieron (pero como dice el Manuscrito Pipil, fol. 2, no sin consejo secreto) establecer una fuerza militar de la misma manera que había sido prescrita por Autzol.

 Sin embargo, sucedió que los jefes de estas tropas, que tenían la autoridad suprema de la nación, la ejercían tiránicamente sobre el pueblo, exigiendo tributos excesivos y practicando enormes extorsiones.

Estas se volvieron aún más irritantes por la conducta del cacique principal, Cuaucmichín, quien trató de introducir la práctica de sacrificios humanos, según los ritos de la idolatría mexicana, y como prueba inequívoca de su intención, apoderó a algunos hombres que eran tenidos en alta estima por toda la comunidad, para sus devotas víctimas. Exasperado por * *******Juarros, p. 223.*****

 AZTECAS Y TOLTECAS. 81

Un acto tan atroz, la gente atacó de repente la residencia de Cuaucmichín, y en su furia lo golpearon hasta matarlo con palos y piedras". * También es digno de notar que los aztecas fueron siempre los oponentes más feroces y decididos de los españoles, y que los toltecas, que eran de carácter más suave o más manso, o bien buscaron su alianza, o bien se sometieron antes a su dominio; y cuando fueron subyugados soportaron el yugo mucho más pacientemente que aquellos indios que no eran del mismo linaje. Incluso en la conquista de México se puede rastrear esta diferencia de disposición; ya que entre los primeros y más fieles aliados de los españoles se cuentan la raza que habitó Tula, de donde emigró Nimaquiche con el enjambre que fundó el imperio quiché.

 Esto está plenamente corroborado por Juarros, cuando dice que "los principales indios, que vinieron con Los españoles de México y Tlaxcala (a Guatemala), persuadidos de la identidad de su origen y el de la gente de este país (América Central), se declararon parientes y amigos, formaron conexiones más íntimas por matrimonios mixtos con los quichés, y les dieron una copia del instrumento por el cual habían recibido del emperador, Carlos V, el honor de un escudo de armas, por los grandes servicios que habían prestado al ejército español en la conquista de Nueva España".f Pero ¿qué había en todo o en algo que se nos presentó para apartar la espada del vengador? ¡Ay! nada; por lo tanto, una cautividad casi tan larga como la que los hijos de Israel sufrieron en Egipto, fue la disciplina a la que el Dios de la providencia consideró conveniente someterlos. * Juarros, pág. 225. t Juarros, pág. 167.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA DESTACADA

HENDERSON-*UN VIRTUOSO DE DIOS* BELICE- 331-333

EN LA  REPÚBLICA AMERICANA DE GUATEMALA FREDERICK CROWE LONDRES, 1850 331-333 Durante este período, la bandera de Bethel se vio ...